Memoria actividad infantil II: «El cerro de las mariposas»

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Amaneció  el Domingo, y tras una breve charla y explicación de cómo iba a transcurrir la jornada, iniciamos la excursión. La blanquita (Pieris rapae) comenzó dándonos la bienvenida, en número de cuatro o cinco. Los niños sugestionados los días previos se asombraban del peculiar vuelo de la más común de nuestras mariposas, pero sólo era el principio de una mañana imborrable y maravillosa, sin demora ni espera, una explosión progresiva de licénidos (Callorhys rubi y Glaucopsyche melanops) inundaban la imaginación de cada uno de esos jovencitos y jovencitas, su cercanía, su confianza o su inocencia hacían las delicias de nuestros improvisados fotógrafos.

Cerro de las Mariposas
    Magnífico mural compartido por padres y niños en el afán de descubrir a estos voladores insectos.

                                                                                                                           

Todo transcurría con una ligera brisa del oeste y una temperatura ambiental de más de 20 grados, así interactuaban padres, niños y criaturas mágicas, con respeto y admiración. Por el bien que la naturaleza ha puesto a nuestro alcance, por el bien de todos y por el futuro que debemos de construir con todo el sacrificio y esfuerzo con el que podamos contribuir. Es por eso, que debemos de enseñar y educar, para que conozcan y desarrollen las virtudes que esconde cada uno de estos niños en presencia de nuestra grandiosa  naturaleza.

Cerro de las mariposas
Sin parar de ayudar, los progenitores continúan la senda trazada y unida  por lazos estrechos de sangre y amor.

                                                                                                                    

Un mural de mariposas coloreadas y recortadas por los menores de 7 años, breves charlas explicatorias a cerca del ciclo vital de estos insectos, láminas a rellenar con sus nombres y, hasta un pequeño examen de 5 preguntas, hicieron posible ahondar un poco más en las peculiaridades vitales de estos magníficos seres alados.

Tras las actividades didácticas y una comida campera y breve, reanudamos la marcha al encuentro de Papillio machaon y Vanessa atalanta, la reina y el almirante rojo, así llamados vulgarmente.

Cerro de las Mariposas
Algunas niñas y niños no aguantaron la tentación y, sin un guión establecido, decoraban con sus recortes de papel.

                                                                                                                      

Mis agradecimientos a Susana Molina y Jose  Maria Caballero, sin ellos no hubiera posible nada de esto, y tampoco puedo olvidarme de la enorme predisposición de todos los presentes para conseguir una mañana en perfecto equilibrio con el medio natural.

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