Crónica del nacimiento del primer quebrantahuesos en Andalucía tras 30 años de ausencia

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Mi amigo Paco Montoro, (aún me acuerdo de aquellas «fast»-reuniones en la autovía de Granada donde lo conocí y aprovechabamos media horita de parada de mi viaje para hablar de la fauna y flora salvaje de este país), ha estado realizando un trabajo excepcional de seguimiento de quebrantahuesos bajo el programa de reintroducción de la Junta de Andalucía y la Fundación Gypaetus. Tal es así, que gracias a su equipo fotográfico comprado para tales fines, ha podido grabar documentos excepcionales a 1 km de distancia, nada más y nada menos, y así hacernos partícipes a todos, con documentos que harían emocionar al mismísimo Félix Rodríguez de La Fuente, de la vuelta del «Quebranta» al sur ibérico. Estos documentos estoy seguro que harán las delicias de todos, y promocionarán los valores tan necesarios aún hoy en día más que nunca de conservación de la naturaleza. Así lo ha narrado también en la revista Quercus. Esta es la crónica que nos ha preparado en exclusiva para los lectores de este blog (muchas gracias Paco):

Un ave increiblecon marca agua

 «De manera habitual me suelo desplazar a las Sierras de Cazorla, Segura, Las Villas y Castril para colaborar en el seguimiento de los quebrantahuesos del proyecto de reintroducción. La verdadera razón es más felicitaria y sencilla: disfrutar de ese vuelo incomparable característico de la especie. En ese contexto localicé el valle donde vive la pareja que forman Tono (un macho nacido en 2006 y liberado ese año) y Blimunda.

Durante el final del verano, el otoño e inicio del invierno de 2014 contemplé sus vuelos nupciales, cómo estrechaban lazos de pareja, cómo Tono defendía la zona aledaña al nido atacando activamente a los buitres y águilas reales, las cópulas y, llegado octubre, la elección y construcción de un nido donde sacar adelante a su descendencia. El día 10 de febrero, con la sierra atenazada por el hielo y la nieve, regreso al valle. Observo a la pareja y veo en Blimunda una actitud extraña: vuela menos de lo normal, pasa largos ratos en el nido mirando absorta el cuenco con el plumaje esponjado y no sigue a Tono con presteza ni acepta la cópula con entrega. Dado que ese comportamiento puede ser indicativo de una puesta inminente espero hasta que se hace de noche para retirarme, aterido de frío, y confirmar así que la hembra duerme fuera del nido. Sería extrañísimo que hubiera puesta, y menos aún fértil, ya que Blimunda nació en el Centro de Cría de la Sierra de Cazorla el 4 de abril de 2010 y no tiene tan siquiera 5 años de vida, es una adolescente.

TONO ESTIRA Y BLIMUNDA BOSTEZA marca agua

El día 13 vuelvo de nuevo y mi sorpresa es mayúscula al contemplar a Blimunda inmutable echada en el nido. Cuando recibe el relevo de Tono, que también se tumba sobre el cuenco, me doy cuenta de que el gran acontecimiento se ha producido: la pareja está incubando, el primer huevo de quebrantahuesos tras décadas de ausencia recibe calor de sus padres en un precioso valle de Andalucía. En la soledad de la montaña, mientras me retiro, no me molesta ya el frío, ni el barro, ni la nieve; me siento levitar, elevado sobre todo lo que me rodea. Vuelvo al día siguiente para comprobar que todo va bien.

La tarde del día 13 la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía hace pública la noticia ya que su equipo técnico de seguimiento constató que la mañana del día 11 de febrero Blimunda ya estaba echada en el nido y que Tono le ofreció su relevo posteriormente. Por tanto el huevo fue puesto ese día, esa mañana. A partir de ahí prosigo con las visitas al valle y estas son las fechas: 22 de febrero, así como 7, 14 y 22 de marzo y 2 de abril. Aunque se trata de una pareja primeriza están gestionando la incubación de manera tal que parecen tener sobrada experiencia. En general Tono suele hacer el relevo nocturno y me resulta llamativa la baja frecuencia diaria de los reemplazos, en ocasiones con turnos de incubación continuados de casi 20 horas, no durando ninguno de ellos, que yo haya observado, menos de 5 horas consecutivas. A diferencia del periodo de celo, en que la pareja pasaba mucho tiempo dedicándose atenciones y permaneciendo en el valle, ahora, en cuanto uno de ellos acude al nido para incubar, el otro parte raudo sin tiempo que perder y se pierde de vista, supongo que a buscar comida.

Considerando una incubación de 54 días, hago mis cálculos y preparo mi agenda para tener libres unos días a primeros de abril ya que la eclosión se esperaba a partir del día 6. La mañana del día 5 de abril me encuentro en absoluta soledad en la montaña. Para ello he tenido que superar casi 1000 metros de desnivel a pie, durante más de 3 horas de marcha cargado con una pesada mochila en la que llevo los equipos de fotografía y observación, el trípode, víveres para 4 días, ropa y el saco de dormir. Si llueve tendré que buscarme un refugio dado que no puedo portear también una tienda de campaña. El gran día, si hay eclosión, está cerca. Pero la ocasión merece sobradamente cada gota de sudor invertida en el ascenso y cada escalofrío por las temperaturas casi invernales.

El lugar elegido para observar y documentar el evento se encuentra a una distancia de 900 metros del nido. En mis visitas de seguimiento de la incubación comprobé fehacientemente que los quebrantahuesos, dada la enorme distancia que me separaba de ellos, no me prestaban la menor atención. De hecho, por ese mismo lugar pasaban, y pasan, grupos de excursionistas. Es evidente que la pareja era consciente de todo esto al elegir su emplazamiento para el nido. También solicité, y obtuve, el oportuno permiso a la Consejería de Medio Ambiente a la que agradezco su colaboración. Mi intención es estar en el lugar elegido, pase lo que pase, sin moverme de allí, el tiempo necesario para documentar el desenlace de la extraordinaria aventura emprendida por Tono y Blimunda hace casi 2 meses.

Quebrantahuesos andaluz
Nacimiento del primer Quebrantahuesos andaluz   Foto publicada por Francisco Javier Montoro en la revista Quercus

Y esto fue lo que tuve el privilegio de observar: Día 5 de abril de 2015: Tono está incubando y es relevado por Blimunda a las 13h30´. A las 16h40´ el macho regresa y coge el testigo. Ella se posa un momento cerca del nido y vuela fuera del valle. No es normal que Tono haya vuelto tan pronto, además ambos se levantan con frecuencia al incubar y miran atentamente el huevo, cosa que no hacían días atrás. Algo está pasando y ese algo es bueno. Creo que el proceso de eclosión, que dura entre 24 y 60 horas, ha comenzado. Ya deben oir al pollito piar porque una vez que éste invade con su pico la cámara de aire (y comienza por primera vez con la respiración pulmonar) empieza a emitir sonidos audibles y se mueve con más frecuencia. Todo ello estimula a los padres y es su forma de decirles que se preparen ya que pronto romperá la cáscara y vendrá al mundo. El optimismo me ayuda a vencer el frío y me da ánimos. Tono permanece en el nido hasta que a las 21h, por falta de luz para seguir observando, preparo la cena y me introduzco en el saco de dormir dispuesto a pasar la noche bajo las estrellas. No he conseguido localizar a Blimunda en ninguno de sus dormideros habituales. El valle recibe la mañana del día 6 cubierto por un precioso mar de nubes. Solo se ve el nido breves instantes. Tono sigue incubando, digno y estoico. La niebla oculta totalmente el nido y aprovecho para ir a buscar agua a una “tornajera” (nombre local que designa los abrevaderos para el ganado) situada a una hora de marcha. Poco a poco las nubes se van disolviendo.

A las 11h20´ Blimunda regresa y ambos miran al unísono hacia el cuenco. Enseguida Tono salta del nido para sumergirse en la niebla que todavía esconde el fondo del valle. A las 16h Tono vuelve a tomar el relevo. A las 18h me muestra el huevo perfectamente: veo solo uno, y está íntegro. El pollito aún no ha nacido. Tono permanece en el nido hasta que interrumpo la observación a las 21h. Tampoco hoy localizo a Blimunda. Durante todo el día el comportamiento del ave que incuba ha sido igual que ayer, incluso más inquieto si cabe, con observaciones atentas y frecuentes del huevo. Sospecho que el pollito ha empezado a romper la cáscara y por tanto se oyen más y mejor sus sonidos y se agita con más frecuencia. Hoy se ha agotado la batería del teléfono. Ocurra lo que ocurra no tendré posibilidad de comunicarme hasta regresar a casa. El día 7 amanece nublado pero enseguida, debido al fuerte viento de levante, se va despejando. La temperatura es de 5ºC y la sensación térmica bastante fría. Al abandonar el saco de dormir ya no consigo entrar en calor a pesar de toda la ropa que llevo puesta. Empiezo la observación en cuanto la luz me lo permite.

Tono sigue en el nido. Se levanta con mucha frecuencia, está nervioso, mira hacia el cuenco concentrando allí toda su atención. A las 10 puedo ver una cabecita de color gris claro que oscila ante el pico de Tono. No consigo contener la emoción, acaba de nacer el primer quebrantahuesos libre en el sur peninsular tras su extinción hace décadas. Y posiblemente esta sea la primera vez que se observa y documenta un proceso de eclosión en toda la historia de la especie en Iberia fuera del ámbito pirenaico. Diez minutos después veo cómo Tono coge con su pico un trozo de cáscara y lo aparta; ahora toda su atención es para su hijo recién nacido. Tan solo diez minutos más tarde entra Blimunda y Tono se marcha del valle sin perder un momento. Ella mira hacia el cuenco, no parece sorprendida, se acerca al pollito con cautela y le ofrece su calor con la cabeza erguida y el pecho un poco elevado. Se levanta con frecuencia, inquieta, admirando a su pequeño al que colma de atenciones. A veces algo cuelga de su pico, posiblemente saliva que ofrece al recién nacido para hidratarlo. Incluso hace un intento de ceba, infructuoso, a su hijo con algún pequeño resto de comida. A las 11h48´ Tono regresa al nido. No veo que aporte comida. Blimunda vuela enseguida. A las 13h50´ ella vuelve y él se marcha. Tampoco hay aporte. Rapidamente Tono asciende muy alto en una térmica y en un momento sale del valle. Regresa a las 17h de vacío. Apenas aterriza mira que todo está en orden y sin perder un momento se marcha de nuevo fuera del valle. Sabe que debe usar toda su experiencia y conocimiento de estas montañas para localizar comida que ofrecer a su hijo. Es normal que los quebrantahuesos no ceben al recién nacido en su primer día ya que éste tiene reservas del saco vitelino. Pero si no encuentran en un par de días comida adecuada para su hijo, éste podría morir de inanición. Y es una tarea difícil para un ave acostumbrada a alimentarse de huesos largos imposibles de tragar para un pollito que pesa unos 140 gramos al nacer. Veo pasar a la pareja de cuervos frente al nido pero Blimunda no se inmuta.

TONO Y SU HIJO CON 57 DÍAS con marca de agua

 

A las 19h30´, absolutamente feliz, me marcho. Tono no ha regresado; ella sigue protegiendo a su hijo. Naturalistas de elevadísimo prestigio en el estudio y protección del quebrantahuesos me confesaron que sería muy poco probable que hubiera una eclosión exitosa. Algo muy lógico si consideramos que, hasta la fecha, no existía constancia (a nivel mundial y en toda la historia de la especie) que una hembra en libertad, menor de 5 años, hubiese puesto un huevo fértil y del cual naciera un pollito vivo. Toda una proeza la que ha culminado esta pareja tan especial. Cada día que su hijo sobreviva será una lección de valor incalculable que unirá a la pareja y les ayudará a adquirir experiencia para futuras temporadas de cría. Pero mi confianza en Tono es infinita, porque siempre hace lo que se espera de él, es el quebrantahuesos perfecto. Desde casa, al filo de la medianoche, informo del acontecimiento a la Consejería de Medio Ambiente porque suyo, y de todas las personas que han trabajado y trabajan en el proyecto, así como de los voluntarios y Socios, como la VCF, es el mérito de que esto haya ocurrido; yo tuve la inmensa fortuna de estar allí para vivirlo y dejar constancia científica y gráfica de un hecho sin precedentes conocidos en la historia de la especie».

Por Francisco Javier Montoro García, Dr en Veterinaria; aprendiz de naturalista.

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Desde pequeño siempre fui aficionado a la naturaleza, pasando mis tardes metiendome por donde pudiera en medio del monte y la playa. Así que mi afición traté de hacerla en serio y acabé la carrera de Biología en el año 2003. En la actualidad, estoy realizando la tesis doctoral en el lab. de Biotecnología Vegetal de la Universidad de Vigo. Desde hace tres años presido AXENA, mi trabajo en la asociación está centrado en la coordinación de las diferentes disciplinas que conforman nuestros proyectos, su gestión y claro está, en el área de naturaleza.

4 Comentarios

  1. Este Paco es un fenómeno en toda regla, el esfuerzo y sacrificio personal para poder hacer un seguimiento de este tipo resulta increíble y conseguir compartirlo a todo el mundo, mucho más, espero que gracias a estas imágenes se pueda conseguir más respeto y financiación por el bien de la especie.

  2. Gracias por vuestros comentarios. Si quisiera recalcar que en el facebook de la Fundación Gypaetus podéis encontrar abundante información acerca de este apasionante proyecto que pretende, y está consiguiendo, devolver al quebrantahuesos al lugar donde nunca debió desaparecer. Y entre esa información se pueden encontrar fotografías y vídeos que obtuve, con mi equipo y en mi tiempo libre, sobre el quebrantahuesos en Andalucía y en particular sobre el desarrollo del primer ejemplar que nace en libertad tras su extinción hace décadas. Y efectivamente, el día 2 de julio, contando con 117 días, este ejemplar voló por primera vez y continúa desarrollándose con normalidad.

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