Cuando se oye la palabra ¡tiburón!, el pánico se adueña de la gente, que rememora en su mente la película de Steven Spielberg (Jaws) y solo piensa en sangre y muerte. La realidad es que, en los encuentros entre hombre y tiburón, la sangre y la muerte pertenecen habitualmente al tiburón (post anteriores I y II). La semana pasada veíamos en las noticias que se habían producido dos ataques de tiburón en el Mar Rojo, ocasionando una muerte (link) y cuatro heridos (link) de distinta gravedad.
Tiburón oceánico de puntas blancas. (Fuente: wikipedia)
Según se publicó en la prensa, los tiburones responsables de estos ataques fueron capturados poco después del segundo ataque, siendo considerados responsables del ataque dos ejemplares de tiburón oceánico de puntas blancas. Esta afirmación, que bien pudiera ser posible, me genera dos dudas: por un lado, ¿cómo saben que son esos ejemplares y no otros los que causaron los ataques? más bien parece una forma de cerrar el tema y que no se vea afectado el turismo de esta zona. Y por otro lado, las fotos publicadas sobre el suceso no se corresponden con esta teoría.
En la foto siguiente veis los ejemplares capturados y considerados responsables, pero claramente se ve que no son los mismos animales. El que aparece en primer término si parece un tiburón oceánico de puntas blancas, pero no así el segundo, que me tiene pinta de marrajo. La segunda foto, el detalle de la boca del tiburón, confirma mis sospechas ya que considero que esa dentición es de un marrajo, no de un tiburón oceánico, que tiene unos dientes más triangulares tipo tiburón blanco. Quizás Gonzalo y su experiencia puedan confirmar o revatir esta opinión mía.
Fotografías de los tiburones capturados como responsables de los ataques en el Mar Rojo.
(Fuente: elpais.com)
Pero lo más impactante de las noticias llega cuando, desde Egipto, país en el que han tenido lugar estos ataques, se busca un responsable de esta actitud de los tiburones. Como leemos en La Vanguardia, se baraja la opción de responsabilizar de los ataques a Israel por «poner» a estos animales en esas aguas ó que los ataques sean una consecuencia de un aumento de la actividad de los animales como consecuencia de pruebas nucleares realizadas en la zona. Personalmente, me decanto por la segunda, porque dirigir a tiburones por GPS… me parece de ciencia ficción… ¿no?
Buscando información para el post he encontrado una especie de «resuelve dudas» sobre tiburones en relación a este tema que me ha parecido interesante, sobre todo, porque se trata de un periódico de tirada nacional (Elpaís.com), porque habla en un lenguaje claro y porque siempre que se dice algo que ayuda a los tiburones en lugar de considerarlos el enemigo, es agradable de leer.