Piden batidas para matar a los lobos del Barbanza (de nuevo)

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Volvemos a los oscuros años 2011 y 2012 en el Barbanza, con la excusa de la supuesta hibridación entre lobos y perros se autorizaron oficialmente batidas con el fin de salvaguardar la pureza genética del lobo ibérico. La indiferencia de la administración gallega por el problema en la comarca del Barbanza, provocó que en esas fechas se encontraran más de 25 lazos de acero corredizo en una finca de Mosquete en Boiro, con al menos 1 lobo y otro cánido muertos por los lazos y rematados posteriormente a tiros, y otros tantos cánidos más muertos en los alrededores. Hubo furtivos detenidos por las autoridades, hubo lobos decapitados en las batidas, y un largo conjunto de toda una serie de irregularidades y descontrol de tal magnitud que el propio Director Xeral de Natureza de la Xunta de Galicia en aquellos momentos tuvo que dar explicaciones en el Parlamento y entrevistas directas en los medios. Obviamente reconoció lo evidente: las batidas a los lobos fueron injustificables para vergüenza de todos en uno de los episodios más negros del medioambiente de la comarca (aquí).

Loba muerta por un lazo de acero corredizo en una finca de vacas de Mosquete (Boiro, 2012).

Estamos en el 2019 y según unos pocos la culpa de todo la sigue teniendo el lobo: lo mejor es matarlo (I). Ya veníamos advirtiendo públicamente para que tomaran las medidas oportunas sobre furtivos y criminales ambientales hace menos de un año y que terminaron en 2 detenciones y 2 investigados por colocación de lazos hace tan sólo dos meses (aquí), y perros de cazadores muertos en la zona por comer carne posiblemente envenenada.

Lazos desactivados por el SEPRONA de la Guardia Civil en noviembre 2018 en A Serra do Barbanza.

Y eso que hace sólo unos pocos años ya le echaban la culpa al lobo de ataques a las reses en Baroña (Porto do Son), sin embargo eran lobos de dos patas ya que se demostró que eran cuatreros que usaban perros de presa para robar las reses, también le pueden echar la culpa al lobo de las carnicerías ilegales y clandestinas salpicadas por toda la sierra que venden carne sin control sanitario en la zona. Y podríamos hablar de tantos otros ejemplos en los que el lobo siempre lleva la culpa.

La ganadería extensiva de libre pastoreo en la Sierra del Barbanza puede sufrir los ataques de cánidos salvajes y asilvestrados, no hay ninguna duda de ello, y es más también puede sufrir la carencia de prácticas ganaderas que reduzcan el potencial ataque como está demostrado en otras zonas de España (Sierra de la Culebra, Zamora). También podría sufrir la inoperatividad de los protocolos de ayudas de la Xunta de Galicia. Lo que está claro es que el lobo, un animal salvaje que pertenece a nuestro patrimonio natural, no tiene la culpa de las prácticas ganaderas y tampoco tiene la culpa, si la hubiera, de la burocracia dirigida desde San Cayetano.

Así que ¿cómo se pueden explicar que en el año 2019 se sigan pidiendo batidas contra una especie salvaje emblemática en Galicia? Pues sencillamente, porque el lobo es el eslabón más frágil del problema. Y siempre se carga contra el más débil. ¿Acaso no sería más sensato definir nuevas estrategias ganaderas adaptadas a las condiciones de las sierras atlánticas gallegas? ¿Acaso no sería más razonable estudiar de qué manera mejorar los protocolos de ayudas por parte de las administraciones si no fueran eficaces?

Y mientras le echemos las culpas al más débil y al que menos culpa tiene de todo esto, cada pocos años estaremos ante esta lamentable situación. Matar al lobo señores, no es la solución a sus problemas, sino la demostración de que este sistema no funciona.

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