En la primavera de hace un año, un compañero del trabajo estaba de estancia en la Universidad de La Sapienza en Roma. A él nunca le ha interesado demasiado la historia ni el arte, pero en Roma es difícil no verse más tarde o más temprano asombrado por la belleza de sus monumentos. Así que un día, llegaron a una pequeña plaza atestada de gente, esto también es normal en Roma, pero en uno de los lados de la plaza está junto al Coliseo, el Foro y el Vaticano uno de los monumentos más visitados: La Fontana di Trevi.
El realismo y la espectacularidad de la fuente, que era el final de los tan necesarios acueductos para el sustento de Roma, es increíble. Su mente de fisiólogo vegetal, sólo se quedó aturdida unos instantes, cuando comenzó a darse cuenta del ingente número de plantas que había en la fuente. A los escultores, Nicola Salvia y posteriormente Guiseppe Pannini que la construyeron del 1732 – 1762 no se les escapó ningún detalle, y a diferencia con otros monumentos en la «fontana» no se pondrían plantas «genéricas», sino reproducciones realistas de las diferentes especies mediterráneas que podría haber realmente en una fuente natural. Qué menos no?.
Así que Miquel Ribas escudriñó la fuente, y efectivamente había muchas especies que no podía reconocer pero con la ayuda de un botánico, dado lo realista de la escultura, podría ser reconocida. Así pues, volvió a La Sapienza, y les comentó su idea a Loretta Gratagni y Andrea Bonito. Les encantó y apasionadamente comenzaron a investigar sobre las plantas de la fuente. Ni más ni menos, que finalmente encontraron 40 especies diferentes, magníficamente retratadas, desde la vid, a higueras, pasando por helechos. Esta información ahora ha sido publicada en un libro titulado «Le piante della Fontana di Trevi» en italiano, y que en breve saldrá una edición en inglés.
Aquí tenéis unos cuantos ejemplos de las plantas esculpidas cuán realistas realmente son!
La imaginación al poder.