Ayer la caza científica de ballenas fue declarada ilegal por el tribunal de la Haya, una decisión que libra a las ballenas de la Antártida de ser asesinadas por los buques balleneros japoneses que bajo el pretexto de una presunta investigación científica, cazaban todos los años cientos de ejemplares que realmente se destinaban a consumo humano.
Es una auténtica batalla ganada por el mundo ecologismo, que lleva años trabajando en esa linea y cuyas demandas fueron apoyadas por el gobierno de Australia. Además se trata de una decisión vinculante que el gobierno nipón tiene que acatar. Esperemos que así la haga y acabe con esta pantomina que ponía a la ciencia y a la nación japonesa en una posición vergonzante e injustificable.
Pero esta victoria no nos hace olvidar el tiempo transcurrido hasta esta sentencia que ha conllevado el sacrificio innecesario de cientos de ejemplares y que muchos países siguen cazando las mismas en base a otros argumentos o aprovechando las lagunas legales del sistema, por eso hoy más que nunca debemos apoyar que la medida se extienda a otros ámbitos y que contribuya a la protección de los que son uno de los seres más majestuosos y bellos de la naturaleza.