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Nuestro pequeño vivero I: «Ventajas del vivero personal»

Esta claro que no podemos quedarnos con los brazos cruzados, debemos y tenemos que aportar nuestro granito de arena. Si cada uno de los millones de personas que pueblan el planeta plantarán un árbol, a día de hoy, todo sería diferente. Necesitamos un cambio de mentalidad para, como individuos, aportar un poquito a la naturaleza. Al fin al cabo somos parte de ella, y no al revés, como sostienen tantas mentes enfermas y estrechas, intentando poseerla y destruirla, deforestando y asolando nuestro patrimonio natural. Vamos a intentar mostrar a lo largo de las semanas, de manera sencilla, como podemos llegar a materializar tan noble  objetivo, construiremos nuestro propio vivero forestal.

La naturaleza ha dotado a las plantas de un magnífico mecanismo para perpetuarse, esperan el momento adecuado para que sus semillas se conviertan en futuras generaciones. En el medio forestal, típicamente en estas latitudes, las especies florecen en primavera y dan lugar al fruto en otoño (un ejemplo de ello son los árboles del género Quercus; encina, rebollo, alcornoque…). En invierno la semilla es sometida a  distintos condicionantes, que por un lado posibilitarán su nascencia (muchas semillas necesitan el invierno para vencer el letargo interno al que están sometidas) o servirá para alimentar el estómago de algún animal típico del bosque (el jabalí (Sus scrofa) siente predilección por este manjar).

A parte de los animales, numerosos factores dan lugar al fracaso de un gran número de bellotas: falta de luz suficiente para su desarrollo, hongos, roedores, herbívoros… se encargarán de impedir el desarrollo de la planta en sus primeras fases.

El control de todos estos factores es fundamental, para ello, nosotros mismos en un espacio cerrado construiremos y daremos forma a nuestro pequeño vivero personal. No necesitamos amplias terrazas, tan solo  cuatro o cinco metros cuadrados de espacio serán suficientes.

Semillas, tierra, agua, luz, temperatura e ilusión… esos son los fundamentos de un buen vivero forestal. Recordemos que el término forestal no solo incluye árboles sino también arbustos y plantas vivaces que están destinadas a desarrollar un papel muy importante, tanto en la formación de suelo como en la alimentación de los animales silvestres.

Esperemos que al final de esta serie de post tengamos el conocimiento sencillo, de una manera práctica y para nada complicada, de contribuir al desarrollo de la vida con nuestras propias plantas. El próximo capítulo: “Recogida y conservación de las semillas forestales”

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