Recientemente, hemos hecho un viaje a México. Concretamente a la Ribiera Maya. Un viaje muy alejado de las aventuras propias de Axena, un viaje de placer, sólo relax, sin prisas, sin estrés… sólo sol, playa y tequila…
Pero la cabra tira al monte.
Estando en el hotel cuatro amigos que hacíamos el viaje nos ofrecieron una visita a una cueva, por supuesto no fuimos capaces de decir que no.
La aventura comienza en vehículos 4×4 en los que nos adentramos en la selva a través de caminos de tierra. El sustrato en la zona permite la filtración del agua a los sistemas que conforman las cuevas. Una vez llegamos al punto de partida nos equipan con neopreno, carpines, chaleco y casco con luz. Todas la medidas de seguridad necesarias para que cualquier tipo de persona pueda realizar la visita, ya que la cueva es muy sencilla e ideal para iniciarse en estas aventuras subterráneas.
Una vez equipados, un paseo nos acerca a la boca de la cueva donde un sacerdote maya nos prepara espiritualmente para adentrarnos en el inframundo (xib’alb’a) un lugar al que los mayas respetan profundamente ya que en el viven sus antepasados. Este ritual da un toque extra de misterio y misticismo y sin él tan solo se trataría de una cueva más.
Pasado el ritual, comenzamos a adentrarnos en la cueva.
Este sistema en cuestión tiene una longitud de 15 km. de cueva caliza semi-inundada de la cual lamentablemente sólo podemos visitar una pequeña parte. A los miembros de Axena no se les puede decir que vamos a ver una cueva a medias…
En el tramo recorrido podemos observar la típicas estalactitas y estalagmitas propias de las cuevas calizas así como otras espeleoformas menos comunes como las banderas y las helictitas.
Una de las curiosidades que tiene esta cueva frente a otras cuevas calizas es que las raíces de muchos arboles de la superficie atraviesan las galerías en busca del agua que fluye. Algo muy poco común.
En cuanto a la bichifauna de la cueva existen especies que no conocíamos y tuvimos el gusto de encontrar como la araña látigo que debe su nombre a unas extra-desarrolladas patas, que utiliza como tal nombre indica. También en las aguas encontramos un pez albino y ciego llamado la dama blanca, así como un camarón ciego que se encarga de la limpieza del agua.
El recorrido es muy agradable los guías te complacen con fotos e información muy interesante. La empresa que explota esta cueva se encuentra muy concienciada en esos valores ecológico de conservación y divulgación. Todo desde un punto de vista de turismo sustentable.
La expedición termina con una comida todo el grupo junto. Si buscas algo diferente a lo típico en este tipo de lugares, esta excursión es muy recomendable. Río Secreto.