La fragmentación de los ecosistemas, es la consecuencia de muchos factores, y os puedo poner varios ejemplos: la deforestación de los bosques para la creación de nuevas tierras de cultivo, la construcción de una nueva carretera o la eliminación de la vegetación acuática de la orilla de un río para obras urbanas. Estas situaciones, producen cambios importantes en la distribución de las poblaciones y comunidades de plantas y animales, incluso en el ambiente físico, afectando a su buen funcionamiento.
Esta fragmentación, es la transformación de un área relativamente homogénea de un ecosistema en fragmentos de menor tamaño. A veces, dichos fragmentos pueden quedar aislados formando pequeñas islas en una zona alterada.
La pérdida de hábitat y la fragmentación de los ecosistemas, se han convertido en las principales amenazas para la subsistencia de la biodiversidad.
La diversidad biológica se está perdiendo como consecuencia directa o indirecta de las actividades humanas que se llevan a cabo en nuestro planeta. Los tamaños de las poblaciones de animales y plantas disminuye y la pérdida de la diversidad genética reduce la posibilidad de las poblaciones remanentes a adaptarse a cambios ambientales.
Además, la introducción de especies domésticas y/o exóticas puede acarrear enfermedades y parásitos, provocando la disminución del tamaño de la población dentro de estos fragmentos de ecosistemas.
Una de las soluciones a este grave problema, es la creación de corredores verdes entre fragmento y fragmento o áreas de vegetación bien conservadas, ya que permitirá el flujo de especies y el libre tránsito de animales de un área a otra reduciendo su exposición en áreas abiertas.