Viajera nocturna, adicta a la oscuridad y amante de la luna, ¿qué buscas en tierra desconocida? Será por tu inquietud, por tu belleza o por tu traje carnavalesco, pero el viento susurra y el bosque te protege. Danzas con destellos y retienes el destino con tu traje,!gitanilla! vuela y escóndete hasta que llegue la noche protectora.
Efectivamente, así es, la gitanilla es una polilla nocturna muy común y de una amplia distribución. Sus costumbres son crepusculares pero ocurre que no cumple con las reglas establecidas y se le suele ver de día.Tiene dos o tres generaciones anuales, su oruga es tóxica por contacto y realmente es de una belleza insuperable.
Caminábamos por el Salto del Usero en Bullas ( al que hemos dedicado un post en Axena ), subimos el Pico del Castellar (una zona atiborrada de matorral típico mediterráneo combinada con zonas mixtas y cultivos de regadío).
Contemplamos numerosos ejemplares, a los que no fue fácil fotografiar, en ningún momento pensamos que era tan bonita.Luego en casa lo descubrimos y nuestra alegría fue celebrada. Teníamos delante de nosotros a una gitanilla, una polilla nocturna que se había atrevido a desafiar sus costumbres, Utetheisa pulchella, ese es su nombre en latín pero mejor recordarla como una traviesa gitanilla vestida de colorido.