Los Bloggers de Axena

Temporada de caza 2012-2013 llena de fatalidades

En primer lugar para evitar malos entendidos vamos a diferenciar a un cazador de un escopetero. Cazador: es el aficionado a la caza, que respeta la legislación, el entorno y a las presas, su objetivo no es llenar el congelador de carne ni pegar tiros a todo lo que se mueve. Escopetero: le llamamos al individuo que se disfraza de cazador sin ningún respeto al entorno, que no entiende el porqué no se dispara a todo lo que se mueve: una hembra con crías o a una especie no cinegética o si lo entiende pues le da igual.

Fotografía de la recogida de un herido por bala dada una actuación llena de imprudencia por parte de la actividad cinegética.

Desgraciadamente el porcentaje de estos segundos ha aumentado escandalosamente en las sociedades de caza o en el conjunto de personas que poseen licencia de caza. Esto se hace evidente con un mero paseo al campo, desde hace unos meses ha proliferado como si de setas se tratase los desechos de esta actividad.

En un paseo de apenas una hora se recogen 4 o 5 cartuchos sin necesidad de ir muy atento, también es muy común encontrar apostaderos con desechos como latas de bebidas (incluso alcohólicas) botellas y vasos de vidrio, plásticos, y un triste etc. Insisto que todo esto en zonas en las que es evidente que son zonas de esperas o apostaderos de cazadores.
También se evidencia el aumento de escopeteros haciendo un repaso por los periódicos, donde nos encontramos noticias de «accidentes de caza» que no son tales accidentes, sino auténticas imprudencias de estos escopeteros. Todo esto en la primera página de google:

Galicia

noticia 1,          noticia 2,          noticia 3

Aragon

noticia 4

Extremadura

noticia 5

Castilla León

noticia 6,          noticia 7,

Madrid

noticia 8

Andalucia

noticia 9

 

Otra de las barbaries y el descontrol de estos escopeteros ocurrió hace unos días cuando un desaprensivo (que es el calificativo más amable que se me ocurre) en línea de retranca del grupo de cazadores con el que pasaba la mañana, frustrado en sus objetivos del día o por el motivo que fuese, se cruza con un halcón peregrino de cetrería, con sus pihuelas y cascabel inconfundibles y a menos de 30 metros le dispara sin excusa, sin pretexto, sin motivo, en zona despejada, quizás por envidia de que el animal pudiera ser mejor cazador que él.

noticia 10

Halcón peregrino abatido, señalado con las flechas las pihuelas y el cascabel. 

La reflexión es evidente: ¡algo falla! O hay muchas licencias de caza, o quizás los requisitos para estas licencias son mínimos o no se lleva el control adecuado. Quizás las sociedades de caza encubren a los irresponsables que luego un fatídico día hieren o matan a otro cazador o paseante. En mi opinión resulta urgente una llamada a la responsabilidad.

 

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