Nos encontramos en la tarde del domingo, la semana ha sido realmente dura. Después de cinco días de duro trabajo, por fin estamos descansando y nos disponemos a hacer lo que más nos gusta, en este caso, beber refrescos delante del televisor un partido de la «Premier o la Bundesliga». Tenemos suerte, estamos sólos delante de todo un espectáculo deportivo.
Aunque nos parezca irreal, nuestro hobby dominical no es incompatible con la defensa de la vida salvaje, seguramente, si pensamos esto se deba al desconocimiento venido de lo que está sucediendo en esos instantes. Si no prevemos y tenemos atención con cortar las anillas de plástico que unen los packs de los botes de refresco y quien dice refresco, también dice cualquier tipo de utensilio que use anillos de plástico estaremos contribuyendo a la muerte de muchos tipos de aves en libertad.
Muchas tienen real apetencia por alimentarse de los deshechos de los vertederos, en la búsqueda de alimento, pueden caer víctimas del enredo de plástico e, inexorablemente en las garras de la muerte. Una muerte larga y cruel. Cuando son jóvenes el artilugio pasa a formar parte de su cotidianidad y, posteriormente, se ven sometidas a un lento estrangulamiento, miembros cercenados o imposibilidad de movimiento.
Si amamos a las aves cortemos las anillas de plástico, no podemos depender de “otros” y esperar a que estos plásticos sean correctamente reutilizados, por si las moscas, !ACTUEMOS!. Es una acción insignificante que no requiere más que un sencillo gesto… cortar los anillos que unen la pieza.
Por si tienen alguna duda, les muestro un video explicando en qué consisten estos tramposos y mortales anillos de plástico.