El extraño inquilino de la palmera

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En los últimos años el picudo rojo y la cochinilla están esquilmando dos especies típicas del paisaje árido del Mediterráneo. Son incontables las bajas de palmera datilera, o también llamada  palmera canaria, producidas por este perforador insectívoro, y que decir, de la dantesca imagen producida por las cochinillas tras desarrollar su ciclo sobre la «chumbera» o «palera». Nada queda a su paso y solo un polvillo blanco nos percata de la presencia del insecto. Los higos de pala que aquí por estos lares, así se le conoce a su fruto, han desaparecido sin dejar ningún rastro, tan sólo deshechos secos de materia orgánica.

A veces, paseando, observando, prestando atención del paisaje y sus detalles, podemos encontrar plantas realmente sorprendentes. El otro día preparando la actividad infantil por los alrededores del cauce de Rambla Salada, nuestro querido voluntario D. ángel, nos mostró la capacidad de las plantas para aferrarse a cualquier oportunidad de supervivencia.

A lo lejos, nos señaló con el dedo una palmera canaria. Su estado de salud, magnífico, un ejemplar de unos 70 años de edad tal como refrendó nuestro voluntario D. José María hasta ahí nada nuevo que no pase de la normalidad. Bien, pues, no todo era tan simple, con buen tino, Ángel, nos invitó a que observaramos; a unos 3 metros de altura, sobre la base del tronco de la palmera. Allí encontramos una sorpresa cuando vimos toda una estructura vegetal que sobresalía rompiendo la estilizada silueta de esta planta de ansiados dátiles.Nada más ni menos que un ejemplar de chumbera, el cual  había logrado germinar entre las griestas de la corteza. La edad del ejemplar: unos 30 años.

Nuestra pregunta en ese momento fue clara,¿cómo había llegado hasta allí la semilla de los higos de pala? Después de unos minutos intecambiando opiniones no encontramos una conclusión definitiva, es un misterio .Pero, podemos imaginar una situación que tal vez se aproxime a la realidad; hace ya 30 años, algún ave frugívora, comedora de frutos, se posara allí a descansar tras darse un buen festín en una chumbera. O quizás a seguir comiendo dátiles, y alguna semilla de la chumbera tras ser excretada acabara allí en el tronco de la palmera. Tras eso, un buen año de lluvias daría lugar a los factores que desencadenaron la germinación y crecimiento de esta tremenda chumbera.

Son fenómenos que dan que pensar, dos especies al borde del abismo, utilizando al máximo todos los recursos a su alcance.En fin, una demostración  más de la capacidad de la naturaleza para sorprendernos.

5 Comentarios

  1. Si miramos para la copa de las palmeras es normal ver cantidad de vegetales que han germinado allí. Pero tengo que decir que en mi vida había visto semejante chumbera en mitad de un tronco palmeril.

    No sería de extrañar que se convirtiera en un símbolo a la fertilidad o algo así y ordas de nuevos hippys fueran ahí a adorarlo.

  2. Dejando a un lado esas simbologías a las que os referís, creo que es realmente extraordinario.

    Gracias Domingo por enseñarnoslo.

  3. Las gracias hay que darselas al señor Angel.Yo había pasado cientos de veces por ese lugar y nada de nada.Es un caso díficil de ver.

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