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Memoria actividad infantil:»Descubriendo setas en Majal Blanco»

El Domingo 13 de Noviembre asistieron más de 70 personas; 30 niños de diferentes edades de 2 a 13 años y 40 adultos, al encuentro, al descubrimiento de lo que podríamos denominar un fenómeno sorprendente… una proliferación inusual de setas en Majal Blanco.

Las condiciones climatológicas condicionaron el transcurso de la jornada matinal. En un principio, el objetivo era un recorrido de unos 4-5 km, pero la mañana se presentaba lluviosa y el temor a que pudiera producirse un diluvio nos hizo tomar una ruta alternativa compatible con las necesidades físicas de los niños.

Jose María , Maria Jose, Susana, Iván, Jose, Teresa, Manolo, Daniel,Guzmán y yo mismo, nos encargamos de la seguridad de los menores junto a la atenta mirada vigilante de sus padres.

Tras unos breves momentos esperando a los más rezagados, comenzó la excursión. Pronto, sin más demora, a unos 100 metros y en una cuneta,  vimos la primera de ellas con su sombrero blanco y de un tamaño, aproximado, de unos 8-10 cm de diámetro en el sombrero. Fue el momento para que nuestra querida voluntaria Maria Jose diera una pequeña charla del por qué de la existencia de estos extraños “seres”, comenzó explicando cómo se originan y continuo indicando el grado de toxicidad de algunos ejemplares. También se refirió al modo de recolectarlas pero nos pusimos de acuerdo y decidimos que no se recolectarían ejemplares.

La justificación, a todas luces, era clara; Majal Blanco se encuadra como el principal espacio protegido representativo de un sotobosque formado por pies de encinas, quejigos, coscoja…Una isla frondosa periurbana, de ahí, la proliferación de numerosos ejemplares y, claro, el respeto por todas las especies que en él habitan debe ser absoluto, no solo para su conservación sino para que el siguiente grupo de visitantes puedan contemplar este fenómeno excepcional. En resumen, al paso de este grupo numeroso el medio debía de permanecer intacto, o incluso, mejor.

Tras la amena explicación el transcurso de los minutos siguió un mismo patrón, niños exultantes y emocionados ante la visión de decenas de setas de variadas especies, padres agradecidos porque la naturaleza ponga parte de su belleza a sus pies, y monitores atentos a intervenir para hacer un inciso y ayudar a los peques a descifrar que tipos de setas encontraban a su camino.

Observando la luminiscencia de la seta del olivo.

 

Después de una hora y media el grupo giró y descendió a través de un sendero que llevaba a un lugar sacado del mejor cuento de los hermanos Grimm, el llamado Barranco de los Cañones. Escorado de las principales caminos de Majal Blanco, esconde un secreto luminiscente, la seta del olivo. Unas cuantas decenas se agolpan a media ladera del barranco, un lugar umbroso y tenebroso, reservado para la luz verde de esta seta venenosa.

Con una caja de cartón y un agujerillo para dejar ver, procedimos a introducir algunos ejemplares decaídos  y  en mal estado. Muchos de los niños se alegraron al ver las laminillas de la seta iluminarse tenuemente, también algunos adultos experimentaron la misma sensación.

  Omphalotus olearius, la seta del olivo; tóxica y luminiscente. 

Es, bonito, agradable, satisfactorio, ver como la voluntad de 70 personas se antepone a la inquietud de un tiempo variable y a las miles de tareas que una familia dedica la mañana del domingo, y que nada tienen que ver con el aprendizaje de los valores intrínsecos a la naturaleza. Estas familias han elegido compartir con sus hijos, han elegido sonreír y ser felices en armonía, la misma que emana de nuestra madre la tierra.

 

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