Todavía es pronto para invernar pero en unas semanas se ocultarán en forma de larva, pupa, huevo, incluso en estado de adulto algunas de ellas. Desaparecerán debajo de la hojarasca, construirán galerías donde guarecerse de las gélidas temperaturas y esperarán, según la especie, a que el frío invierno retroceda y, tras de él, concurra la estación más bonita del año, la primavera. La gran mayoría de especies de lepidópteros no efectúan migraciones de importancia para completar sus ciclos vitales, pero si algo tiene la naturaleza es que es impredecible, y siempre hay excepciones. Una de ellas es de película y representa una de las trece maravillas naturales de la nación de México.
Elegido insecto nacional del Canadá, existe una mariposa capaz, por su causa y defensa, de movilizar los medios necesarios para evitar la deforestación de sus zonas de invernada y poder, de esa manera, garantizar su sostenimiento poblacional. Esta mariposa rompe con todo y se muestra distinta respecto al grueso de los lepidópteros. Diez gramos de peso son suficientes para avanzar una media de 100 km al día en su periodo de migración, y todo, para llegar con la única guía de los rayos solares aún lugar que ni tan siquiera conocen.
Su nombre es apropiadísimo pues ella no es menos que cualquier monarca o rey de una nación civilizada, y claro, ya les he dado una pista, hablamos de la mariposa monarca (Danaus plexippus). Como sabrán ustedes los monarcas tienen seguidores, y esta tricolor criatura de latitudes templadas no lo es menos, en concreto, 150.000 visitantes reclaman la presencia de este señor alado en sus zonas de invernada.
Repasemos algo de su biología, vayamos al inicio de todo, un huevo, así es, todo comienza con la puesta depositada en latitudes correspondientes a los países norteamericanos de Canadá y los Estados Unidos en el mes de abril. Tras un breve período de tiempo nace la larva, y acto seguido, muere la hembra depositante de dichos huevos, porque el macho les he de decir que ya pereció tras aparearse. El apareamiento se produce durante los meses de Febrero y Marzo, en dos zonas, una al Este de las Montañas Rocosas y otra, más numerosa, en los bosques templados del sur de México.
Actualmente las referidas zonas de apareamiento también constituyen sus zonas de invernada. Llegan a ellas tras realizar un largo viaje de más de 5.000 km, de norte a sur, y buscando protección del terrible efecto del frío. Pero volvamos donde nos habíamos quedado en el nacimiento de la larva de la mariposa Monarca, ésta durante sucesivos estadios no para de crecer y de alimentarse de su planta favorita, una algodonosa de la que depende la subsistencia de la especie, tras alcanzar su último estadio se convierte en pupa y, a continuación, en adulto emergiendo al mundo con unos lindos colores blanco negro y naranja. Esta bandera tricolor le sirve a la monarca para advertir a sus depredadores de la peligrosidad de sus jugos vitales, ya que la mariposa Monarca es venenosa, veneno que adquiere al alimentarse de plantas portadoras del mismo.
A pesar de sus mecanismos defensivos casi un 14 por ciento se cuentan como bajas, es evidente que algunos depredadores se han inmunizado al veneno, o a veces a sus depredadores les basta con desarrollar la inteligencia para detectar en que momento de su ciclo de vida los niveles tóxicos de sus jugos vitales son mínimos, y es entonces cuando cargan contra la mariposa Monarca capturándola masivamente. Sus depredadores, ágiles e inteligentes pertenecen al grupo de las oropéndolas sin excluir a mamíferos como los ratones.
Las poblaciones de mariposa monarca se enfrentan, hoy en día, a peligros muchos mayores y denunciados por WWF. La deforestación se postula como la gran amenaza para su supervivencia, las tres especies de pino que habitan en su zona de invernada se encuentran sometidas a talas ilegales, a pesar de la vigilancia contratada por el estado y que en un numero de 415 personas forman la guardería de las 56.000 hectáreas declaradas como zonas de protección dentro de Reservas como la de Rosario. Esperemos que el elenco de turistas de más de 55 países y sus monedas junto a las de donadores privados y asociaciones de la naturaleza sean suficiente para proteger la vida de una de las trece maravillas de la nación de México.