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Las aves rapaces en el Barbanza están condenadas (I)

A pesar de estar muy involucrados con el tema de los lobos, este año (aunque con menos disponibilidad) como los anteriores hemos estado haciendo un seguimiento de las aves rapaces en la comarca del Barbanza. El año pasado escribimos y hablamos mucho con varios post sobre el tema de expolio de halcones peregrino y azores (aquí , otro y otro) . Incluso hasta se organizó una conferencia para exponer el problema. Todo ello con la esperanza de que algo mejorase, pero desgraciadamente queda mucho por hacer.

Este año nos hemos encontrado con varios problemas, hoy os contamos el primero de ellos:

Vista general de la cantera donde anidaba el Halcón Peregrino.

Si recordáis el famoso (por desgracia) nido en el que nos encontramos aquel instrumento, salabre o truel, con el que habían robado los huevos o pollos, resulta que en la cantera donde anidaba nos hemos encontrado con un depósito de cáscaras de mejillón. Un depósito que desde el mes de noviembre vierte cientos de toneladas de este residuo, generando un constante trajín de camiones y de olores que emanan de  semejante atrocidad ecológica, que han provocado que este año el histórico nido de halcón peregrino haya quedado vacío.

Detalle de uno de los montículos en el que se puede ver la altura de los depósitos.

Por norma general el halcón peregrino es bastante permisivo en cuanto a la presencia del hombre, siendo relativamente común encontrarlos en núcleos urbanos o en zonas de trabajo (como una cantera en la que incluso se producen voladuras con explosivos de forma periódica) siempre y cuando su atalaya la considere suficientemente segura.

Las aguas malolientes que produce el vertido.

En el caso de esta cantera, la hipótesis que barajamos no es que el trajín de camiones o maquinaria haya perturbado en exceso a la pareja, creemos que se puede deber a que lo que antes era un cantil de 15 m ahora con el escombro ha visto reducido su altura considerablemente, con lo que es probable que los halcones ya no se sientan seguros. Este residuo industrial, tan común en esta zona, se utiliza como fertilizante, si bien su utilización debe cumplir unos requisitos. El problema surge cuando se usa una cantidad muy grande (hablamos de toneladas) de este producto, siendo necesario acumularlo para luego extender por el terreno a abonar. Esta gran cantidad de cáscaras a la intemperie emiten olores nauseabundos, difíciles de  soportar incluso para una persona, por lo que poco futuro le queda al ave ante esta intrusión, y como es lógico, no vuelve a la zona y busca otro paraje más idóneo.

Ahora os dejo un pequeño vídeo grabado con el drone para que os hagáis una idea del panorama que vieron los pájaros al llegar al nido:

 

En definitiva cuando no es una cosa, es otra; pero hay parejas de halcones que año tras año sufren la inconsciencia del hombre.

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