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Reintroducción del halcón peregrino en la ciudad de Granada (VII)

Calentando motores...

En los 5 primeros posts desarrollamos las bases del proyecto de reintroducción (I), la ubicación y características de la caja-nido (II), el inicio del diario de los jóvenes halcones (III), los primeros días de libertad (IV) y sus aventuras de caza para alcanzar la independencia (V). Continuaremos en la línea del VI (edificio del hacking), con un resumen genérico y comentarios sobre el manejo.

En el hacking para la reintroducción no hay que olvidar que el objetivo es conseguir halcones con un comportamiento natural lo más parecido posible a sus hermanos silvestres. Cuando se colocan en la caja-nido ya han debido adquirir la impronta a sus padres, están adquiriéndola respecto a sus hermanos y aún les queda otra fase de enorme importancia: la impronta con el tipo de nido, el sitio y el hábitat, la llamada impronta ambiental. Esta última fijará su filopatría. En condiciones naturales los jóvenes halcones tendrán una visión restringida del entorno hasta que empiezan a volar. Poco antes de ese momento se empieza a registrar en su cerebro la impronta al entorno llegando a su cénit en el periodo que media desde el primer vuelo hasta pasado un mes aproximadamente. Dado que esta impronta ambiental se alcanza cuando el joven halcón ya vuela parece lógico pensar que la filopatría se fija no tanto al edificio concreto en el que fué liberado sino al tipo de territorio (la ciudad en el hacking urbano) y los edificios de alrededor en su conjunto.

La llamada malimpronta o impronta a los humanos resulta completamente contraproducente. Aunque los falcónidos en general son aves que soportan mejor la presencia humana que los accipíteres (azores y gavilanes) o águilas, creo que no hay que abusar de esta tolerancia dado que las repercusiones negativas se pueden manifestar con disturbios en su comportamiento reproductivo a largo plazo, carentes de solución entonces. Por tanto lo mejor es curarse en salud y seguir las siguientes pautas:

1.- Los jóvenes halcones (me refiero al halcón peregrino) deben ser introducidos en la caja-nido con menos de 30 días de edad, lo ideal es en torno a 25. Para entonces ya son capaces de comer por sí solos y han aprendido a reconocer el aspecto de un halcón adulto (cosa que le habrán transmitido sus padres, sean reales o adoptivos y que es IMPRESCINDIBLE). Si se hace más tarde pueden ser capaces de volar una vez introducidos en la caja (los machos a partir de las 5 semanas desde la eclosión, las hembras un poco después) con lo cual cada día que estén allí encerrados perjudica su desarrollo físico y en cuanto se abra la caja-nido, pueden manifestar una tendencia a explorar el entorno de forma precipitada. Además, y esto es muy importante, los estímulos y referencias espaciales que se deben fijar en su cerebro de cara al reconocimiento filopátrico del entorno serán menos eficaces e intensos. Imitar a la naturaleza siempre es lo mejor, nosotros no debemos, ni podemos, cambiar lo que la selección natural ha perfeccionado en el transcurso de miles de generaciones de halcones.

Al volar y reconocer el entorno los jóvenes halcones intensifican su impronta ambiental

2.- Siempre se debe colocar en la caja-nido más de un ejemplar. En esos días aún se está fijando en su cerebro la impronta con sus hermanos y por tanto debemos potenciar esta característica natural positiva. Tanto dentro de la caja-nido, como una vez libres y volando, manifiestan una marcada tendencia a interaccionar entre ellos.

3.- Mientras están en la caja-nido, y dado que aún son muy jóvenes, se debe suministrar comida 2 veces al día: a primera hora de la mañana y a última de la tarde. La víspera de la apertura de la caja-nido (si la caja estaba cerrada) sólo se suministra comida por la mañana con objeto de que al día siguiente tengan más hambre y toleren mejor la manipulación de apertura de la caja mientras comen en ese momento.

4.- Es aconsejable cubrir a los pollos con una caperuza, o un simple trapo limpio, mientras se manipulan antes de ser introducidos en la caja-nido. Los halcones son aves de cerebro óptico y reduciremos considerablemente el estrés al que son sometidos con esta simple precaución.

5.- Es aconsejable indagar si hay algún tipo de caja-trampa (por ejemplo como las que se utilizan para atrapar palomas) en las cercanías del edificio de hacking porque los halcones pueden caer en su interior buscando comida fácil, quedar atrapados y morir si no son socorridos a tiempo. Para ello podemos preguntar en las empresas que se dedican al control de plagas y a las autoridades ambientales (autonómicas o municipales) competentes.

6.- Mientras los jóvenes halcones están en la caja-nido es mejor que no vean ni oigan hablar a persona alguna, incluido su cuidador, en las cercanías de esta. Dado que son aves de cría en cautivad que han tenido cierto contacto con los humanos, cuanto antes lo olviden, mejor. En este sentido es importante considerar que la mayor parte de los halcones nacidos en cautividad lo hacen, no en presencia de sus padres, sino en nacedoras (un tipo especial de incubadora) y son alimentados durante los primeros días (una semana aproximadamente) a mano por un cuidador humano. Los jóvenes halcones que se van a utilizar para proyectos de reintroducción no deben permanecer más de 7 días en contacto con, y alimentados por, los seres humanos. Cuanto antes se ponga al joven pollito al cuidado de sus padres, reales o adoptivos, mejor para que se vaya fijando en ellos la impronta a la librea, costumbres, sonidos y movimientos de los halcones adultos, así como a sus hermanos de nidada. Este contacto temprano e intenso con miembros de su especie es lo que hace que el joven halcón se autoreconozca miembro de esta especie y actúe como tal el resto de su vida, y eso es lo que le interesa a él y a nosotros.

7.- Una vez que se abre la caja-nido y empiezan a volar, lo mejor es que los halcones no vean a su cuidador, para lo cual se les suministra la comida de noche y en total silencio. Lógicamente se pueden estudiar otras fórmulas menos complicadas para suministrar la comida una vez libres sin que nos vean si el edificio elegido nos permite esta posibilidad.

El halcón aún debe desarrollar fuerza, destreza y mejorar el cálculo de distancias para volar con éxito

Aunque no afecte directamente a los halcones (que sólo necesitan tranquilidad y comida) es interesante observarlos para detectar a tiempo cualquier problema de salud o conocer sus costumbres (posaderos favoritos, zonas de vuelo, etc) lo que nos facilitará su seguimiento posterior. Personalmente, dado que sabía que mis pupilos no tardarían mucho en emanciparse, dediqué todo el tiempo que pude a su observación y me resulta imposible separar el tiempo dedicado a observaciones de utilidad del empleado simplemente por el placer de verlos. Para mí valen tanto uno como otro, y ambos se complementan entre sí. Aparte del tiempo dedicado a la búsqueda de información, y la redacción y presentación del proyecto ante las autoridades medioambientales, podría cifrar en torno a 200 horas el tiempo empleado al trabajo “de campo”, o sea el dedicado a la alimentación y observación (repartido más o menos en un 20 y 80 % respectivamente) directa de los halcones. Con este dato intento mostrar que puede resultar de interés, para quien se embarque en un proyecto de este tipo, contar con un equipo de personas verdaderamente implicadas para repartir el trabajo y no acabar saturado.

La recogida de datos debe ser metódica y lo más detallada posible elaborando un diario que incluya al menos la comida aportada (especie y cantidad), la comida consumida, la hora a la que los halcones comen, datos de meteorología (lluvia, temperatura, viento) e interacciones entre ellos y con otras especies animales (llamadas intra e interespecíficas, respectivamente). Otros datos interesantes serían el uso de otros posaderos, zonas de vuelo y cualquier otro que podamos obtener. Nunca olvidemos que apuntar cuesta poco, que la memoria es flaca y que para interpretar el comportamiento de nuestros pupilos puede ser de utilidad cualquier observación, incluso aparentemente irrelevante que si se repite nos puede orientar sobre alguna pauta de conducta.
Entiendo que el hacking tiene un periodo crítico y es cuando los halcones empiezan a volar, dado que aún no tienen la técnica, la fuerza y el entrenamiento necesario, las plumas remeras y la cola aún tienen que crecer un poco más (esto implica que su superficie de sustentación es menor) y no conocen a fondo el entorno. Además no están sus padres para ayudarlos y orientarlos. Por tanto hay que intensificar la vigilancia esos días. Dado que su tendencia natural es comer muy temprano es importante hacerlo al menos en esos momentos.
Pasados unos días vuelan perfectamente, su plumaje se ha desarrollado por completo al igual que el desprendimiento de todo el plumón de pollos y conocen el territorio hasta el punto de ser capaces de volar en condiciones de baja luminosidad (amanecer o anocheciendo) encontrando sin problemas su destino.
A partir de ahí los halcones mantuvieron una rutina que ya comenté y que se mantuvo inalterada hasta que el calor veraniego los hizo mostrar actividad solo a primera y última hora del día, momentos que pueden ser aprovechados para observarlos. Es normal que tengan tendencia a posarse en los edificios o antenas más altas en la cercanía del edificio del hacking. Ello no debe interpretarse como un problema en la instauración de la filopatría sino más bien lo contrario, al ser capaces de explorar y explotar edificios o zonas cercanas a la caja-nido que les resulten querenciosas por cualquier motivo. Creo que es un error muy común interpretar la filopatría como el apego exclusivamente al edificio donde fueron liberados.

Es aconsejable colocar un baño con agua limpia para que los halcones beban y se refresquen

Logicamente también es de gran interés conocer cuando empiezan a cazar, cosa que normalmente se manifiesta porque dejan de consumir, cada vez en más ocasiones, la comida que se les ofrece. Visitar la terraza de los edificios con posaderos más querenciosos nos puede servir para conocer de qué presas se alimentan nuestros pupilos, tanto por los restos que dejen como por el análisis de las egagrópilas.
La cantidad de datos recogidos dependerá del tiempo dedicado a la observación y la calidad de los mismos quizás de la suerte y de los emplazamientos usados para ello. No he encontrado ninguna fuente de información que permita conocer ni siquiera de forma general cómo transcurrió el diario de los halcones liberados en otros proyectos de reintroducción por lo que la comparación de datos y costumbres de las aves no me ha sido posible. Esto hubiera sido de gran interés con objeto de poder valorar si existen unos patrones de conducta comunes o si, por el contrario, hay importantes diferencias y poder indagar las causas que las provocan. Recoger y publicar datos es la forma de que todos aprendamos y podamos avanzar sin cometer el mismo error en distintos sitios.

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