Los Bloggers de Axena

Reintroducción del halcón peregrino en la ciudad de Granada (III)

Genil, el hermano mayor, momentos antes de colocarlo en la caja-nido
Genil, el hermano mayor, momentos antes de colocarlo en la caja-nido

En posts anteriores habíamos presentado el proyecto (I) y la ubicación del lugar y las características principales de la caja para el hacking (II).

DIARIO DEL HACKING:

Los pollos de halcón, ambos machos, nacidos el 10 y 12 de abril de 2011 en el centro de cría de Rafael Martín, fueron separados de sus padres el día 12 de mayo a las 13 h, y una hora después eran introducidos en la caja-nido instalada en la terraza de la delegación de Medio Ambiente de Granada. Los pollos disponían de las anillas del SOIVRE (organismo oficial dependiente del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio y encargado de la aplicación del Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas, vulgarmente conocido como CITES) y les colocamos otra de marcaje específica, al menor de ellos, que llamamos “Darro” en la pata izquierda y al mayor, “Genil”, en la pata derecha. Como la pléyade de seguidores de este blog alcanza hasta el último rincón del planeta…, les diré, que esos nombres obedecen a los dos ríos que pasan por Granada. La empresa canadiense ACRAFT (acraft@telusplanet.net) proporciona anillas específicas coloreadas y con código alfanumérico individual. La verdad es que al final el tiempo nos apremiaba por colocar los pollos en la caja-nido por la edad que tenían y no valoramos en profundidad otros tipos de marcaje para el seguimiento posterior (decoloración selectiva de plumas de alas y/o cola, colocación de emisor GPS o de telemetría) que tendremos en cuenta para las siguientes campañas.

Esa misma tarde, a las 20 h, les proporcionamos la primera ceba, que consistió en una codorniz (de unos 150 gramos de peso vivo) recién sacrificada a la que le quitamos la piel, plumas incluidas, tarsos, alas, pico, intestinos, molleja y buche y dividida longitudinalmente en 2 partes más o menos iguales. Inmediatamente los pollos se afanaron con su presa y cada uno consumió su parte, excepto algunos huesos. Todo comenzaba bien.

 

El almuerzo de los halcones, una codorniz limpia dividida por la mitad, lista para ser servida

Los días siguientes repetí este ritual alimenticio a las 8 de la mañana y las 8 de la tarde. A través de la mirilla y de la webcam instalada en el interior de la caja, pude controlar el consumo de alimento. Normalmente lo consumían todo o sobraba muy poco, lo cual indicaba que la cantidad de comida aportada era la adecuada. Poco a poco iban haciendo más ejercicios de estiramiento de las alas, que provocaba un abundante revoloteo del plumón que iban dejando caer. Por este motivo no se les facilita comida con plumas, la caja-nido se llenaría de ellas a los pocos días. Dado que el tiempo de permanencia en su interior es corto, las repercusiones fisiológicas por no elaborar egagrópilas al consumir sólo carne con algunos huesos, no tendrán importancia. Los 2 últimos días en la caja les dejaba algo de piel con plumas a las codornices para que hicieran egagrópila y se fueran acostumbrando a la nueva presentación del menú. También en esos días finales se subían, en ocasiones, al pretil inferior de la puerta, intentando salir.

Los jóvenes halcones a través de la web cam

Finalmente y como último preparativo, coloqué junto a la caja-nido un baño de unos 50 cm de diámetro.

En los proyectos de reintroducción de esta especie consultados, los jóvenes halcones permanecen una semana en el interior de la caja-nido. El objetivo que se pretende, como ya expliqué en el primer post, es que se familiaricen con ese nuevo entorno, que le cojan cariño en palabras llanas, de tal modo que lo consideren un sitio seguro y donde «alguien» los alimenta, en suma: fijar su filopatría. Dado que pasados los 4 primeros días, Darro y Genil empezaron a dar muestras de inquietud en la caja-nido subiéndose al borde de la puerta, decidí liberarlos al 6º día de ser introducidos en su casita de madera. Retrasarlo en exceso podría motivar un deficiente desarrollo muscular y óseo por falta de ejercicio en una etapa crucial de su vida y también que sus deseos de volar los alejaran de su casa y no supieran regresar. Y quizás algo de esto pasó.

Y llegó el día de abrir la caja-nido y que los jóvenes halcones conocieran el mundo exterior. En ese momento todo eran preguntas y dudas: ¿se quedarían aquí o se marcharían y se perderían por el ancho mundo?… pero eso será historia para el siguiente post.

Tras ser liberados, Darro y Genil, pasaban mucho tiempo juntos sobre la caja-nido
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