Los Bloggers de Axena

El aguilucho cenizo (II): la colonia de Rota

Tras las observaciones realizadas anteriormente de aquel viernes de primeros de junio en ese trigal de Rota (ver I), el domingo Paola y yo volvimos al lugar de los hechos. Aparcamos el coche al lado del pequeño cortijo, y mientras merendábamos nos pusimos a esperar. Varias aguiluchas «revoloteaban» por la zona, aún así ciertos patrones comenzaban a aparecer, el vuelo no parecía aleatorio, sino que cada una se centraba en determinadas zonas, una donde comenzaba el trigal, otras dos por el medio y otras dos por el fondo a la izquierda del trigal, y al menos otras dos a la derecha del camino. De vez en cuando llegaba un macho por la zona, que parecía venido de lejos. Muy probablemente, tengan que apartarse bastante con tantos aguiluchos por la zona para poder cazar algo.

La cuestión es que todas esas aguiluchas encima de un mismo trigal en estas épocas del año, sólo podía significar una cosa, y es que deberían tener allí los nidos. En Andalucía, desde hace años se lleva realizando un programa de conservación del Aguilucho Cenizo, en el que se marcan los nidos para que en la siega (que tenía que estar a punto de realizarse, «en Junio la hoz en el puño»…) las segadoras dejen unos rodales donde se encuentran los nidos para su protección. Allí no había ninguna marca. Paola y yo seguíamos con los prismáticos los aguiluchos para ver si alguno se posaba en el medio del trigal. Ardua tarea, estos bichos son incansables y no parecían querer parar nunca…

Tras una hora de espera, en la zona del trigal más cercana a nosotros, en el extremo suroeste, una aguilucha se frenó en el aire, a unos 3 metros de altura, puso las alas como si fueran un paracaídas e hizo un aterrizaje vertical con extremo cuidado en medio del trigal. No se caza con tanta parsimonia. Ahí tenía que haber un nido. Debido a la distancia a la que nos encontrabamos, unos 150 metros, las referencias del lugar exacto son difíciles de tomar en medio de la nada…

La perspectiva de la visión de un trigal desde el suelo impide distinguir ningún hueco en el trigal, y posteriormente dificulta poder coger referencias exactas de la posición de un supuesto nido.

Más o menos por dónde creíamos que debía estar la zona donde se posó la aguilucha, comenzamos a andar por los huecos que dejan las ruedas de los tractores. Tras varios minutos de búsqueda, la aguilucha saltó de repente de la derecha de Paola!, y rápidamente se dirigió al otro lado del trigal en dirección este. Con mucho cuidado detectamos, el hueco de donde había salido. En medio de una rodera de tractor, había un hueco en el trigo de forma redondeada, de más de 1 metro de diámetro. Con una cama perfecta hecha con el propio trigo. Y en el medio del hueco tres huevos!!, colocados en un pequeño cuenco también tejido con trigo. Qué habilidad y esmero para formar un nido de este tipo… Todo tiene su explicación, pero eso ya os lo comentaré más adelante.

Vista general de un nido de aguilucho cenizo en un trigal. Un hueco en medio del trigal con un suelo hecho con el mismo trigo.

Detalle del nido y de los huevos, en el medio del hueco, la cama de trigo es «tejida» minuciosamente, y aplastada para hacer la forma de un pequeño tazón. Ahí es donde incubará la hembra de aguilucho los huevos durante aproximadamente 4 semanas.

Qué aves rapaces tan extrañas! Criar en el suelo! Ni en un árbol, ni en un acantilado… en el suelo! Este hecho le trastoca a uno todo lo que ha aprendido de estos bichos. El carácter y el comportamiento de los aguiluchos son  extremadamente diferentes al de cualquier otra ave rapaz que conozca. Y afortunadamente, habíamos encontrado el sitio perfecto para poder observarles y aprender sobre su vida, obra y milagros… Continuará…

PD: La realización de esta serie de posts sobre el aguilucho cenizo se ha realizado gracias a la colaboración del departamento de Biodiversidad de Cádiz de la Junta de Andalucía durante el programa de conservación de esta especie. Desde aquí agradecer públicamente, el esfuerzo y tesón de Jaime Nieto y del resto de compañeros para la protección y conservación de esta ave rapaz, joya auténtica de la fauna ibérica.

 

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