El Mirlo

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Un erial de esparto al frente de una sucesión vegetal imparable. Ruinas de un caserío,  antaño, sonrisas de humildes labradores. Luces sin sombras en un oasis dulzón de esperanza. Cálida llegada del canto altivo y penetrante del señor de pico amarillo con fúnebre abrigo… el mirlo común.

Casa de la huerta murciana abandonada por cambio en el uso del terreno.

 

En esta tierra acogedora y soleada se le conoce más bien como merlas, un nombre muy extendido entre los amigables y afectuosos «múrcianicos» de la huerta.

Todos conocemos este pájaro, aunque en el transcurso de nuestra agotadora vida, no hayamos parado un instante a gozar con su trino o con sus movimientos.

Joven mirlo, con un plumaje poco llamativo para camuflarse mejor, tras la primera muda, el plumaje será de un negro intenso si es un macho, mientras que las hembras serán menos llamativas con un color marrón muy discreto que todos conocemos.

Omnipresente en casi todos las huertas de cultivo, jardines y vegas de río… como biotopos más representativos.

El macho de esta especie es altanería pura, sus anillos oculares y su pico amarillo limón, son muy representativos.

Sus costumbres varían adaptándose a las estaciones, así, en pleno invierno se siente atraído más que nunca por las larvas de un jardín cuidado y carente de fumigación.

En los primeros días del nevado febrero, comienzan sus primeros gorgojeos como guerreros adustos con miradas arrogantes  en lo alto de alguna rama visionaria. Su despliegue es el deleite de los privilegiados oyentes. Como la flama de la vida, su frenesí enardece conforme penetramos en la estación de las flores, y aquí ya, su canto forma parte de las suaves brisas de levante , del juego de niños soñadores, de la seriedad de hombres preocupados, forma parte de casi todo …..y  se repite a doquier en cualquier lugar.

Cómo no caer cautivo de tal cortejo, y ocurre lo inevitable…. conquistando el corazón de una bella señora «merla», la equidad forma parte de casi todo lo que hacen en la época de cría.

Pollos de unos pocos días de mirlo común en un nido en un limonero en Murcia. Foto: Beatriz Muries.

 

Pollos de mirlo con unos diez días. Fotografía: Beatriz Muries.

Así construyen un nido de barro y paja en el breve periodo de tiempo de 4-6 días, para poner seguidamente cada día un huevo verde iridiscente con manchitas diferenciadoras, hasta que el transcurso de tres días aparecerán en una tacita de fácil alcance para su vuelo bajo y discrecional.

Durante el mes de mayo tuve la suerte de grabar un pequeño vídeo de la cría de un mirlo en mi finca, y que ahora tengo el placer de mostrarles…

PD: Bea ánimo con eso que tienes por delante… que tienes que seguir sacando más fotos como éstas… ;)

4 Comentarios

  1. Qué vídeo más chulo!!!! mereció la pena esperar la publicación del post! sí señor! Enhorabuena por el trabajo!
    Gracias por los ánimos y las fotos. Ha sido un detallazo.
    Un saludo!

  2. Con sólo una foto puedo identificar ese entrañable paisaje murciano vuestro. También vuestro lenguaje, me siento hija adoptiva de esos lugares. El merlo vuestro es también mi mirlo el despertador de todas mis mañanas, de mis mañanas cántabras y de mis mañanas murcianas. El que eché de menos cuando una surada se llevó el árbol desde dónde él me propiciaba sus conciertos matinales. Ahora otros árboles han crecido y vuelvo a sentirle cerca.

    Él y sus congéneres me dejan el jardín como un colador siempre que el clima del Norte es propicio. Lo cual es maravilloso para mi césped.

    Agradezco tu sensibilidad, ha sido un placer leerte.

    Para el resto de los que hacéis la página mi agradecimiento también. Desde hace tiempo la he añadido a mi página de entrada.

  3. Lourdes,el agradecimiento es mio, escribimos para compartir y nos produce una gran satisfaccion cuando lo conseguimos, sino fuera asi no lo hariamos.

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