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Acuicultura XIV: cultivo de salmón (II)

Protesta en Muros por la instalación de las jaulas de salmón. Foto: El correo gallego

Ayer comentaba el cultivo de salmón en general y hoy hablaré de un caso concreto. En Galicia, el cultivo del salmón ha saltado a la palestra por una polémica existente debido a la colocación de una jaula de cultivo de salmones en la ría de Muros y Noia (A Coruña). Se trata de una concesión de la Xunta de Galicia, a través de la Consellería do Mar, para la instalación de una jaula de salmón para desarrollar un cultivo experimental del mismo (aunque el cultivo de salmón ya se hizo en Galicia en los años 90). Dicha jaula, estaba situada en la ría de Arousa, y fue remolcada en barco hasta la ría de Muros y Noia. Podéis leer la entrevista al representante de North West Food, empresa que ha recibido la concesión en mispeces.com.


Señalada la localización original de la jaula (Ría de Arousa) y la localización final (Ría de Muros y Noia). Imagen de Googlemaps.

El sector mejillonero y marisquero no se ha mostrado de acuerdo con la instalación de dicha jaula, pues consideran que afecta al sector y al medio natural en general, adjuntando estudios y opiniones científicas para revocar la decisión de la Xunta, que a su vez, muestra otros estudios y opiniones científicas que se muestran a favor de la instalación de dicha jaula. ¿Quién tiene la razón? Posicionarse de un lado o de otro es difícil, pues se necesita un estudio de impacto ambiental que muestre objetivamente y sin intereses económicos, las consecuencias de su implantación.

Jaula de salmón en la ría de Arousa, antes de ser desplazada a Muros. Fuente: mispeces.com

Además de las consecuencias propias de la acuicultura en general, de las que ya hablamos en su momento, esta instalación en concreto me ofrece dos dudas. La primera es la zona donde se ha instalado, ya que como vimos ayer en el esquema de producción, el salmón no soporta temperaturas superiores a los 17 ºC y en verano, es muy probable que se superen, lo que ocasiona estrés en los animales y como consecuencia enfermedades y mortalidad (¿mal negocio para una empresa no?). La segunda duda, es la contaminación asociada. Es obvio, que la instalación de una jaula de producción intensiva no es lo mejor para la ría, pero tampoco el exceso de bateas, y como muestra, un botón (post completo de Antonio Pérez Cribeiro, jefe de biología marina del Acuario de A Coruña):

Creo que la empresa tiene mucho que decir (y demostrar) a la hora de controlar el impacto que la jaula tiene en el ecosistema. En Chile (referencia en este tipo de cultivo), por ejemplo, la producción de salmón se considera de 2 años, aunque el engorde es de un año y medio. ¿Cómo es esto? Una vez se ha retirado los salmones de las jaulas, se deja reposar la zona sin cultivo durante 6 meses antes de volver a instalar jaulas, lo cual permite una «limpieza» de los fondos. Otro método utilizado es producir de forma paralela «long lines» de macroalga, que ayudan a limpiar el agua de los restos de los salmones. Entre la contaminación se incluyen los antibióticos que se utilizan, y aunque es cierto que serían contaminantes, lo cierto es que actualmente lo normal (depende de la empresa el hacerlo) es que los peces reciban vacunas y no antibióticos de forma libre en el agua.

Vídeo de la vacunación de salmones. Los salmones se retiran de las jaulas, son vacunados uno a uno y devueltos a las jaulas.

El verdadero potencial contaminante de las jaulas es el excedente de alimento. Pero de nuevo, esta en la mano de la empresa el reducir esta contaminación repercutiendo además donde más les duele a las empresas, en el bolsillo. En Noruega y Chile se utilizan alimentadores automáticos que tienen dentro de la jaula, detectores láser que miden la cantidad de comida que atraviesa el láser por unidad de tiempo, de forma que el dispensador de comida regula la cantidad que vierte a los animales en función de la comida que no se están comiendo los peces. Además se instalan cámaras de vídeo dentro de las jaulas que permiten ver la alimentación y natación de los animales para controlar mejor el cultivo.

Por último, decir que hay una posibilidad peligrosa que aporta el cultivo intensivo de peces (todos, no solo salmón): la transmisión de enfermedades a los animales salvajes. Los cultivos intensivos favorecen el incremento de enfermedades que pueden ser transmitidas a los animales salvajes que se acerquen a las jaulas, pudiendo ocasionar un grave problema ecológico, potenciado en caso de escapes de animales de la granja «contaminados». Este problema se detectó en cultivos de salmón en Noruega y Canadá, que afectaron a la población salvaje de salmones (en Galicia también hay salmones salvajes e incluso un proyecto de repoblación) y se plasmó en un documental que podéis encontrar en youtube en 4 partes: I, II, III y IV.

A modo de conclusión final y opinión personal: sigo creyendo que la acuicultura es la solución y el futuro, hay que investigar y perfeccionar; creo que la jaula no está instalada en la mejor zona posible para la propia empresa y que bien controlado y vigilado (misión que corresponde a la Xunta que para ello ofrece la concesión) es una opción sostenible, a pesar de sus inconvenientes.

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