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El tiburón cocodrilo

El tiburón cocodrilo (Pseudocarcharias kamoharai), único miembro hasta ahora de la familia Pseudocarchariidae, es el más pequeño de los Lamniformes, orden del que forman parte, entre otros, el tiburón blanco, el marrajo, los zorros marinos y el tiburón peregrino, con quienes no puede evitar guardar un cierto aire de familia: cuerpo cilíndrico y cabeza cónica con un morro corto, ojos sin membrana nictitante, cinco pares de aberturas branquiales largas, etc. No sobrepasa los 110 cm de longitud, por fortuna para nosotros, porque es un tiburón de una fiereza extraordinaria, además de un depredador audaz y muy obstinado (en Cape Point, Sudáfrica, una vez capturaron uno porque había saltado fuera del agua tratando de dar caza a un cebo). Su nombre, al parecer, es una traducción parcial del japonés “Mizu-wani”, algo así como ‘cocodrilo de agua’, quizá debido a sus dientes largos y afilados, y quizá también porque, como los cocodrilos, cuando se les captura se revuelven y lanzan dentelladas a diestro y siniestro produciendo un chasquido similar con sus poderosas mandíbulas.

Su cara refleja muy bien ese carácter indómito: enormes ojos oscuros y dientes grandes y prominentes, encajados en una mandíbula de potente musculatura y extremadamente protráctil. El cuerpo es esbelto, pero reciamente musculado, como todos los grandes cazadores. Las aletas son pequeñas, excepto la caudal, que está bien desarrollada. Posen un enorme hígado rico en escualeno, que llega a representar el 20% de su peso corporal, lo cual le confiere una flotabilidad neutra. Todo ello apunta, por un lado, a un nadador activo e impetuoso y, por otro, a una técnica de caza que tal vez podría ser la emboscada: esperar inmóvil en la columna de agua a que se acerque una presa y lanzarse entonces sobre ella con toda la velocidad y potencia que su fuerte musculatura le puede proporcionar.

Esta ferocidad e instinto depredador la despliega el tiburón cocodrilo ya dentro del seno materno llevándola casi hasta las últimas consecuencias. Son vivíparos aplacentarios (ovovivíparos), como todos los lamniformes, y no sólo practican la oofagia, sino también el canibalismo intrauterino, dando lugar a camadas de hasta cuatro crías, dos por útero (que el que no se acaben matando entre ellas hasta quedar una sola es, para algunos científicos, un misterio).

Su dieta consiste fundamentalmente en calamares, peces medianos o pequeños, y también crustáceos. Por su tamaño no supone una amenaza para el hombre, aunque si se le molesta o infravalora es capaz de causar heridas de consideración.

El tiburón cocodrilo es una especie mesopelágica que suele vivir lejos de la costa a profundidades que rondan los 300 m, pudiendo llegar hasta los 600 m. Se cree que realiza movimientos nictamerales, es decir, asciende a la superficie durante la noche para regresar a las profundidades con la llegada de la claridad del día. Su distribución es mundial en aguas oceánicas cálidas y tropicales, de ahí que sus registros en aguas españolas se limiten a Canarias. Fue allí, por cierto, donde años atrás, a finales de 1985, este pequeño tiburón fue capaz de poner en jaque a la todopoderosa ATT, obligándola a gastarse miles y miles de dólares en proteger con acero inoxidable y neopreno el primer cable de fibra óptica de la historia tendido en aguas profundas con el fin de evitar los constantes cortes de comunicación causados por sus mordiscos. Nunca pudieron capturar uno durante los muestreos que se llevaron a cabo a distintas cotas de profundidad. Lo único que encontraron fueron sus dientes clavados en los tramos de cable que habían resultado dañados.

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