El tiburón peregrino, el segundo pez más grande del mundo

Cuando nos referimos a los tiburones es inevitable obviar el concepto de peligrosidad preconcebido que de ellos tenemos, sin embargo, la especie a la que hoy hacemos referencia pese a su temible aspecto, doy fe de ello, no se puede incluir dentro de esta calificación. El tiburón peregrino (Cetorhinus maximus), conocido en nuestras tierras gallegas como «Momo» y en inglés como Basking shark, es un claro ejemplo de pez inofensivo y tranquilo, cuya alimentación se aleja mucho de la de sus parientes más predadores, ya que se basa en el filtrado de agua. Perteneciente a la familia Cetorhinidae, el momo puede alcanzar los 10 m de longitud y las 4 toneladas de peso, lo que lo convierte actualmente en el segundo pez más grande del mundo. Del primero, el tiburón ballena, ya se ha hablado anteriormente en este blog. Este gigante de nuestros océanos se alimenta de zooplacton, invertebrados y peces pequeños, nadando con la boca abierta y filtrando agua (del orden de 1000 toneladas por hora, ahí es nada), gracias a sus cinco características e inmensas hendiduras branquiales que van desde el dorso al vientre llegando casi a unirse. Este tipo de alimentación le supone poseer pequeños dientes cónicos debido a la atrofia producida por su escasa utilización.

En mi corta experiencia a bordo de barcos pesqueros muchos han sido los que me han comentado como anécdota, que en capturas accidentales de este animal han comprobado como se encontraban con el estómago del tiburón repleto de cientos de fletanes que el animal supuestamente iba ingiriendo dentro de la red a medida que avanzaba hacia el fondo del copo, digo supuestamente aunque resulte muy sencillo recrear mentalmente la situación con la que ese tiburón se encontró; supongo que no todos los días te das de morros con un festín de miles de peces que no sólo no salen despavoridos ante tu atónita mirada, sino que además aumentan en número a medida que avanzas en su dirección.

En lo que concierne a su distribución y hábitat, el momo es un tiburon pelágico que se distribuye a lo largo de todo el mundo, principalmente en la zona superficial de las plataformas continentales, aunque tiene cierta predilección por las aguas frías (8ºC – 14ºC). Es en estas aguas frías donde se produjo mi primer encuentro con uno de estos fantásticos animales. Sucedió durante mi primer embarque en la zona de Terranova (NAFO) durante los meses de octubre – noviembre cuando el agua superficial se encuentra a una temperatura aproximada de 10ºC. Este animal de costumbres migratorias, se acerca en verano a las zonas costeras y es frecuente verlo en superficie incluso en puertos y bahías. En cuanto a sus actividades invernales se sabe que descienden a grandes profundidades (zonas abisales) en busca de concentraciones mayores de zooplacton. No deja de ser curioso que mediante técnicas de radiotracking se haya desmentido la creencia de que este tiburón era un animal hibernante.

El estado de este tiburón en la lista roja de la IUCN es de «Amenazado» en el Atlántico Nordeste y » Vulnerable» en el Mediterráneo. Ha esta situación se ha llegado fruto de la intensa pesca a la que fue sometido este animal en el pasado para la obtención de carne, aceite e hígado, el cual supone más de un cuarto del peso del animal y contiene gran cantidad de vitamina A. Comentar la peculiaridad de que su carne es tóxica sin una preparación previa debido a su alta cantidad en ácido úrico, siendo la preparación típica islandesa el curado (Hákarl), aunque dicha carne curada desprende un fuerte olor a amoníaco que no creo que sea de nuestro agrado… En la actualidad estos animales son pescados simplemente por sus aletas para preparar sopa de aleta de tiburón, considerada una exquisitez asiática (ya comentamos el problema del aleteo anteriormente en el blog). Además de esta práctica deplorable otra de las causas de su disminución es el denominado «baycath», que en resumen se puede definir como la pesca accidental o accesoria que acompaña a las capturas objetivo de los grandes pesqueros.

Por todas estas razones unidas a la baja tasa de reproducción y al largo período de gestación, el tiburón peregrino se haya en las listas como en grave peligro de extinción, factor por el cual hoy en día se haya parcialmente protegido. En paises como Reino Unido, Malta, EEUU, así como en gran parte de las aguas del océano Atlántico y Mediterráneo esta especie se encuentra totalmente protegida.

Desafortunadamente está protección por parte de algunos paises no se extiende a la totalidad del globo y cada día los tiburones como el peregrino se aproximan más a su completa extinción, tanto por la pesca comercial ejercida sobre ellos como por las  artes de pesca actuales que en muchos casos no disciernen las especies objetivo del resto de especies que habitan los océanos.