-Me cojo un ryanair y en un plis-plas estoy allí!. Le comenté a Gonzalo cuando hace unos meses estabamos planificando esta expedición. Ya habíamos estado previamente en esa cueva con nuestros amigos los Maúxos, y habíamos quedado absolutamente maravillados de la preciosidad de aquel lugar, y su valor geológico y paleontológico como ya comentamos en post previos I y II, III.
Y así fue. Hace dos viernes Zeltia me recogió en el aeropuerto. Nos dirigimos hacia Folgoso do Courel. Gonzalo, Marcos y Jose salieron desde Vigo. Javi y Carol salieron un poco más tarde desde el Barbanza. Allí en el albergue de Folgoso, nos reunimos, cenamos y planificamos la expedición del día siguiente. Pretendíamos explorar un lago terminal de cristalinas y gélidas aguas al que no se le ve el fondo desde la orilla que forma una galería-desagÜe del mismo. Nuestra situación se complicó, eramos menos de los que en un principio íbamos.
Y por otro lado el material a transportar hasta la orilla del lago era más pesado de lo que pensabamos, sin embargo todo necesario, no se podía prescindir de casi nada para alcanzar nuestros fines.
Servidor buceando en el lago.
A la mañana siguiente, a las diez de la mañana, entramos en boca de la cueva, el torrente de agua nos recibía con frialdad, anteponiéndonos a lo que nos sobrevendría allí dentro. Comenzamos a cargar el material, unos 300 kilos repartidos en botellas, trajes secos, plomadas, cámara + carcasa, focos, material de espeleo… 300 kilos que íbamos a tener que arrastrar penosamente 700 metros para dentro de la montaña a través de galerías con ese agua congelada y pura de tan sólo 9ºC. Con esa temperatura ya se considera buceo en aguas gélidas. Y arrastre de material en aguas gélidas! Casi tres horas tardamos en llegar a orillas del
lago extenuados por el esfuerzo, sí, hay que reconocer que nuestra forma física no es la más deseable, pero no aprendemos de una para otra y nos faltaban manos…
Muchas veces escucharéis que en Galicia no hay cuevas. Nuestra granítica geología impide las típicas formaciones kársticas tan comunes en otras zonas de la península pero en el Courel, una amalgama de diferentes materiales hace posible que más de un centenar de cuevas, muchas de ellas inexploradas y otras muchas por encontrar hacen que esta comarca posea una de las mayores riquezas en patrimonio geológico, paleontológico, histórico y de biodiversidad de España.
Nuestra intención es clara, cuanta más información y documentación podamos conseguir para demostrar esto, enamorados como estamos de las montañas y valles de Novoneyra, ahí seguiremos trabajando.
En este vídeo os dejo una pequeña muestra del resultado de la expedición. El lago de aguas cristalinas, se hunde en un pozo que parece el mísmisimo abismo hacia las entrañas de la tierra. El agua estaba tan fría que se clavaba como miles de diminutos cuchillos en las partes de la cara que no están cubiertas por el neopreno y las gafas. Las paredes, en las que se ha depositado una finísima capa de arcillas y limos, son las grandes enemigas. Ante el más mínimo movimiento brusco cerca de ellas, se desprende este barrillo… volviendo opacas, chocolate, las aguas. Desorientando completamente a los que allí nos encontrábamos si nos despistaramos un poquito.
A 13 metros de profundidad en una repisa de aquella fosa del inframundo, los buceadores, mirando hacia abajo y en dirección noroeste, distinguían que aquello seguía hundiéndose abismalmente más allá de donde llegaban los potentes focos de Jose Irisarri.
Un vistazo encima de ellos les hizo ver lo que se les venía encima. Las propias burbujas de su respiración, al golpear contra el techo de la cueva sumergida provocaban el desprendimiento de esa micrométrica arcilla. Una nube marrón, les impedía ver ya la superficie. El engaño mortal de la cueva. Recogieron el cable guía, subieron hasta la superficie, donde el resto del equipo de superficie les esperabamos con impaciencia. Todo salió bien. Primera exploración realizada, aquello continuaba, y en un futuro nos permitirá recoger mucha información muy interesante.
Lago cueva de A Ceza from Axena on Vimeo.
Muchas gracias a Jose Irisarri por toda su ayuda. Y al resto de componentes de la expedición Marcos Cabeza, Gonzalo Mucientes,
Zeltia, Javier Iglesias, Carol y también por qué no?, para mí mi mismo: servidor de ustedes. Aunque tras tanto esfuerzo, quizásla próxima vez me pensaré más lo del ryanair para volver a Galicia para estas cosas..