El axolotl o ajolote (Ambystoma mexicanum, y también se denomina axolotl a Ambystoma bombypellum) es un animal peculiar no sólo por su curioso aspecto, sino por su característico desarrollo vital. Hace un par de semanas me acordé de este anfibio hablando con Marcos de los Maúxos en una expedición a Folón, ya que este curioso animal se puede encontrar en cuevas. Este animal se caracteriza por poseer una forma de neotenia. Esto significa que el axolotl no completa su metamorfosis como otros animales similares a él, sino que se queda en una especie de estado larvario permanente en el que adquiere de todos modos su madurez y capacidad reproductora. Existen ejemplares que llegan a alcanzar el estado adulto, pero lo más habitual es que estos animales adquieran la capacidad reproductora conservando el estado larvario, o por lo menos la mayoría de sus aspectos.
Posee un cuerpo alargado con una cabeza en la que destacan unos ojos sin párpados y las branquias externas por las que respira, aunque también posee unos sacos pulmonares, por lo que de vez en cuando sube a la superficie a tomar aire atmosférico. Puede medir entre 25 y 30cm y llegan a vivir unos 25 años. A diferencia de las salamandras y otros anfibios que sufren metamorfosis no tienen muda de piel.
Es un animal endémico de México, y además de en cuevas, se le puede encontra en lagos y canales. Como posee capacidad de regeneración ha sido ampliamente estudiado en medicina. También ha sido ampliamente capturado para acuarios, lo que ha llevado a que esté amenazado.