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Acuicultura V – Cultivo de algas: microalgas

Las microalgas son una parte muy importante de la escala alimenticia en el agua. Comunmente llamadas fitoplancton, son algas unicelulares (de una sóla célula) que viven en la columna de agua, donde sirven de alimento a una gran cantidad de animales marinos, que posteriormente serán alimento de animales más grandes. Como podéis deducir entonces, son muy importantes para la acuicultura y su cultivo es básico pues sirven de alimento a animales como rotíferos o artemias (hablaremos de ellos más adelante) que sirven como alimento a las fases juveniles de los cultivos de peces.

Cultivo de microalgas en el laboratorio

Su cultivo es relativamente sencillo, ya que aunque es necesario controlar una gran cantidad de parámetros del medio de cultivo, es un cultivo que se consigue con facilidad y rapidez. Los requerimientos más básicos son luz (ya que estas microalgas realizan la fotosíntesis para obtener la energía que les permite vivir), aireación que permita la entrada de oxígeno y una fuente de carbono que puedan utilizar, como puede ser dióxido de carbono (CO2) que se encuentra en el aire. A partir de eso, y con unas buenas condiciones de temperatura, es posible cultivar microalgas en el laboratorio en diversos recipientes como botellas o bolsas, y su cultivo se realiza en muchos laboratorios, acuarios y plantas de acuicultura como algo rutinario.

Sin embargo, las microalgas no sólo se cultivan como fuente de alimento para otras especies, sino que su aplicación industrial está a la orden del día y en formas que posiblemente llamen la atención. Es el caso de la empresa española Bio Fuel System, uno de cuyos co-fundadores fue profesor de un servidor en la Universidad de Alicante, Christian Gomis. Mediante las técnicas diseñadas por esta empresa, es posible obtener un combustible diesel a partir de los aceites que poseen las especies concretas de microalgas que cultivan en sus plantas.

Christian Gomis con una probeta llena de algas y al fondo los cilindros de producción (Fuente: elmundo.es)

Pero eso no es lo mejor… esta producción es auténticamente renovable y no contaminante. ¿Cómo? Por el ciclo de vida de las microalgas. Durante el día, una microalga respira (consume O2 y libera CO2 como nosotros) y realiza la fotosíntesis, captando la luz solar, consumiendo CO2 que utiliza para producir energía y liberando O2 en el proceso. Durante la noche, el alga respira y no hace fotosíntesis, por lo que necesita O2 (que ha producido durante el día) y libera CO2 (que consumirá durante el día con la fotosíntesis). Como consecuencia, una vez iniciado el cultivo, estas algas pueden automantenerse en un sistema cerrado donde únicamente se deben controlar factores ambientales como temperatura o pH. Y aún hay más, ya que este sistema puede acoplarse a las chimeneas de emisión de CO2 de las fábricas, aprovechando ese CO2 las algas para su propio crecimiento, en lugar de ser emitido a la atmósfera, donde colabora al efecto invernadero (esta fase del proyecto estaba en proceso cuando yo me vine de Alicante el año pasado).

Así que, visto lo visto… ¿han descubierto Gomis y colaboradores la forma de detener la emisión de CO2 atmosférico mientras seguimos produciendo energía renovable y limpia?

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