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Trampa ecológica

Este es un concepto, al menos para mí, muy interesante. Viene a definirse algo así como «cuando una especie selecciona un hábitat de baja calidad, lo que repercute en su supervivencia o productividad, pese a tener a su disposición hábitats adecuados para realizar su ciclo vital». Esto suele ocurrir mayormente en hábitats alterados por la acción humana, en los que las especies no son capaces de detectar los peligros añadidos a esa localización. Se han realizado bastantes  estudios  en aves, pero también se ha visto que ocurre en anfibios.

Caso práctico, como dirían los ingleses spawn-site selection o selección de los lugares de puesta por el sapo común (Bufo bufo) en antiguas extracciones de arcilla y caolín, localmente conocidas como barreiras. Estas lagunas artificiales van colonizándose poco a poco por la vegetación al abandonarse la explotación, y posteriormente son colonizadas por las aves, cercetas (Anas crecca), zampullines (Tachybaptus ruficollis), martín pescador (Alcedo atthis), mamíferos como la nutria (Lutra lutra), o anfibios y reptiles.

Para los sapos estas lagunas representan idealmente un lugar óptimo de puesta, gran tamaño, vegetación emergente, agua permanente que permite el desarrollo de las larvas, lo que origina que se produzca una gran concentración de ejemplares. Pero no todo iba a ser tan sencillo…

Esta puesta se realizó sobre una gramínea situada en la orilla de la laguna. A las dos de la tarde la parte más profunda estaba situada a unos 8 cm de profundidad, y la totalidad de la puesta estaba cubierta por el agua. Tres horas después la situación es la que veis en la fotografía, con la parte superior de la puesta ya sobresaliendo un par de centímetros del agua. 48 horas despues la puesta estaba completamente al aire, por lo que su viabilidad era nula.

Casos más extremos, despues del Klaus se visitaron de nuevo las lagunas, encontrando episodios como este, que sorprenden bastante, y nos hablan de variaciones del nivel de agua de aproximadamente un metro arriba un metro abajo en cuestión de días. La parte superior de algunas puestas estaba a más de 23 centímetros por encima del nivel del agua en aquellos momentos, y por debajo de la parte inferior en algunos casos había más de 50 centímetros de profundidad.

Obviamente, pese a que en algunos casos los niveles oscilasen nuevamente hacia arriba, esta exposición al aire, hielo en algún caso, y radiación UV, hizo que la viabilidad de estas puestas fuese nula, con una mortalidad del 100% en la primera tanda de puestas. Además la aparición de hongos en en ellas era claramente visible.

Pues nada, así son las cosas y así se las hemos contado..

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