Los Bloggers de Axena

Escondites fotográficos

Disculpas por la ausencia del lunes pasado, andaba por Girona, desbordada de trabajo e imágenes.
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Retomando quiero compartir con vosotros algunos puntos de un artículo muy bueno de Fernando Bandín y Ramón Torres, sobre Hides.
En los últimos post, vimos maneras relativamente económicas de hacer fotografía de distancia, a buena resolución. Pero en caso de no disponer de ninguna de esas herramientas e intentando huir de los zoom que pixelan de manera peligrosa, un sistema bueno de acercamiento es la utilización de hides, iglús,blinds, aguardos, etc, como se les suele llamar.

«Desde los inicios de la fotografía de la naturaleza estaba claro que había que ingeniar una forma para poder fotografiar los animales desde cerca sin que se espantaran. A los siglos de persecución se unían las limitaciones impuestas por objetivos de distancias focales cortas. Los hermanos Kearton hicieron famosos el disfraz de vaca, muy poco operativo, y el de tronco, que obligaba a estar de pié. Sin embargo, se le atribuye a Madox el primer hide propiamente dicho: un escondite de lona. No se preocupó de imitar ninguna forma de la naturaleza, pues se había percatado que una vez que los animales no ven al fotógrafo, poco les importaba si se ocultaba bajo un tejido o se integraba en el ambiente con un disfraz. »

«La fotografía desde hide se ha asociado erróneamente a la fotografía de nidos. Obviamente se utilizan en este caso, pero no únicamente. La orilla del agua en un humedal es un excelente lugar para fotografiar aves acuáticas, ausentes los riesgos que sí conlleva la fotografía de nidos. Lo mismo ocurre con un posadero habitual en una rama o en una roca, reconocibles por las deyecciones presentes. Bebederos y comederos, sean artificiales o naturales, son también lugares útiles. En el primer caso quizás incluso podamos fotografiar una escena de baño. También se puede recurrir a zonas de paso o descanso.
En fin, son múltiples los lugares donde situar un hide sin necesidad de emplazarlo en las inmediaciones de un nido. En todo caso, hemos de recordar siempre la máxima de que el bienestar del animal ha de imperar sobre la fotografía. Dependiendo de la especie y del enclave, deberemos contar con los permisos correspondientes de las autoridades medioambientales y del propietario del terreno. »

Los más habituales están elaborados con materiales ligeros y son desmontables, pero también pueden ser construcciones permanentes (en madera o de ladrillo y mortero). Estos últimos pueden confundirse con los observatorios ornitológicos, diferenciándose principalmente por su funcionalidad. En algunos casos, los animales se han habituado tanto a la presencia de gente en los observatorios que pueden servir perfectamente para fotografiar, aunque habitualmente se necesitan distancias focales bastante largas porque no se tuvo en cuenta esta actividad en la elección de su emplazamiento.
Obviamente, hay muchas formas de esconderse sin utilizar un hide. El vehículo propio puede ser útil, especialmente si se ocultan sus pasajeros colocando internamente algún tejido en sus ventanas. Un arbusto o un acúmulo de ramas servirá, especialmente si lo reforzamos con una red de camuflaje. Las pacas de paja también permiten construir un escondite que será muy eficaz ante animales acostumbrados a su existencia.
En los catálogos encontramos también capas y sombreros. Las primeras cubren en su totalidad al fotógrafo, del que sólo se verán los ojos. Los sombreros son algo similar a las capas, pero utilizan de soporte del tejido una especie de sombrero de ala ancha. La utilidad de ambos sistemas es limitada porque cada vez que nos movamos, aunque sólo sea para rascar la nariz, alertaremos a todos los animales de las cercanías.
La eficacia de un hide reside en que disponemos de un recinto oculto en el que movernos. Podemos cambiar de carrete o de tarjeta, modificar parámetros en la cámara, pasar de formato horizontal a vertical, estirar las piernas o comer un bocadillo, todo ello sin que la fauna se percate. En los casos más extremos, incluso podemos dormir en él, algo necesario en algunas especies muy ariscas y que requieren largos tiempos de espera.
Cuanto más pequeño sea un hide, más desapercibido pasará tanto para el sujeto a fotografiar como para inoportunos curiosos. Sin embargo, esto va en detrimento de nuestra comodidad, por lo que en cada caso se deberá optar por un compromiso entre funcionalidad y comodidad. En ciertas ocasiones, algunos fotógrafos optan por ampliar el espacio sin aumentar el volumen externo simplemente cavando en el terreno, de modo que el objetivo queda a ras de suelo. Obviamente no se puede recurrir a esta opción si el suelo es rocoso o anegadizo, así como cuando no disponemos de autorización del propietario de la finca.»

Os dejo aqui una relación de hides comprados ( a precios bastante elevados la verdad para nuestros presupuestos, unos 300 euros) en otro post veremos ideas de hides caseros.
Marcho a la sierra de Málaga, donde me dicen que hay buen material para fotografiar. Ya os contaré. Buena semana!.

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