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Namibia, un paraíso de la naturaleza (I)

Voy a comentaros algo de mi último viaje a Namibia, en el mes de septiembre del pasado año 2007. Tened en cuenta que como está en el hemisferio sur, en esas fechas comienza la primavera en lugar del otoño.

Namibia es un país perteneciente al África subsahariana ubicado en la costa atlántica. Este país ha pasado por distintos avatares, formando parte de Sudáfrica, hasta el año 1989, en que obtuvo la independencia.

Limita al norte con Angola, al noroeste con Zambia, al este con Botswana, al oeste con el océano atlántico y el resto de su perímetro coincide con Sudáfrica.

Una gran parte de la superficie de este país es desértica o semidesértica, por lo que se pueden encontrar grandes arenales con dunas inmensas. Algunos de los desiertos más antiguos del mundo se encuentran aquí, como puede ser el desierto del Kalahari o el desierto del Namib.

En consecuencia podríamos pensar que es un país pobre desde el punto de vista de los amantes de la naturaleza. Nada más lejos de la realidad. Para poneros un ejemplo, en Galicia disponemos de 9 o 10 especies de serpientes. Pues en Namibia hay cerca de 90 y no hablemos de Sudáfrica con cerca de 130. En cuanto a aves hay censadas unas 630 especies. Además, cuenta con tesoros únicos como puede ser la Welwitschia mirabilis.

Visto esto, ya se os habrán abierto los ojos como platos, pues no es para menos. Para poneros un ejemplo de lo interesante que es, yo he tenido que hacer por carretera el trayecto Windhoek-Walvis Bay en un par de ocasiones, la primera fue hace mas de 30 años, y me quedé impresionado al ver incluso jirafas desde la carretera.

En la última ocasión (allá por el año 2000) pude ver varios grupos de papiones cruzando la misma.

Pero lo más espectacular lo pude ver en esta última ocasión, cuando bajábamos del aeropuerto hacia la capital Windhoek, que por diversos problemas con los visados y los pasaportes, acabamos bajando de noche. Pues bien, tranquilamente a un lado de la carretera pacía un dik-dik (pequeño antílope perteneciente al género Madoqua, no mayor que un corderito).

Y es que en Namibia en cualquier momento te encuentras con algo sorprendente.

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