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Obturador-velocidades

Algun río gallego exposición 1/30, ISO400- Tomada en modo B/N de la cámara. Nikon D80

Al tomar una fotografía, el obturador de nuestra cámara se abre dejando que la luz alcance al sensor durante un tiempo determinado. Ese tiempo se llama  velocidad de obturación. Suele  indicarse en segundos y fracciones de segundo, y nos permite  junto a la apertura de diafragma y la sensibilidad ISO, determinar la exposición de una fotografía.

Para controlar el tiempo de exposición de la cámara podemos debemos pasar al modo manual (si es una reflex, conviene también pasar a manual el objetivo que se esté usando) , lo que nos permite lograr efectos tan opuestos entre sí como son, por ejemplo, congelar el movimiento de un coche de Fórmula 1 seleccionando una velocidad rápida por encima de 1/500 seg. (representado en la cámara simplemente como 500), o difuminar el agua del curso de un río mediante una velocidad lenta por debajo de 1/30 seg. o incluso de varios segundos.

Las opciones de cambio de velocidad también se pueden manipular desde los modos prefijados de Prioridad de Obturación o de Exposición, aunque suelen ser modificaciones limitadas a las prestaciones de la cámara.

A nivel plástico, las velocidades más lentas ofrecen un sin fin de posibilidades que van desde captar la estela de las luces del tráfico hasta reflejar toda la belleza de unos fuegos artificiales. Pese a esto, es importante recordar que cuanto mayor sea la longitud focal de nuestro objetivo, más difícil resultará mantener estable el encuadre, por lo que siempre que no tengamos un trípode a mano, tendremos que optar por velocidades de obturación más elevadas para evitar la aparición de trepidaciones en la imagen. Como norma general se suele recomendar que utilicemos al menos una velocidad igual o superior a la distancia focal del objetivo (por ejemplo, 1/50 para un angular de 50 mm o 1/200 para un teleobjetivo de 200 mm) pero como podréis imaginar, nuestro pulso influye también de forma significativa, de modo que lo ideal es que realicéis vuestras propias pruebas. Mi experiencia me dice que cuanto mas practicas, logras velocidades lentas (sin trípode) impensables al principio de nuestro periplo con la fotografía.

Teniendo en cuenta que normalmente trabajamos en situación de poca luz (en ríos, dentro de bosques, etc) las velocidades lentasson adecuadas para absorver la mayor cantidad de luz posible y asi poder reflejar la imagen deseada. Eso si, a la hora de fotografíar un insecto, rana o animal en movimiento, hay que despedirse de estas velocidades y pasar a las rápidas que son las que nos permiten congelar, desde una gota a un ave.

Foto realizada en un plato de agua bajo el grifo a 1/200 sg., f13, ISO 200, trípode, flash

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