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¿Qué es más «ecológico»: vivir en el pueblo o la ciudad?

Muchos seres humanos que habitan en las urbes sueñan con poder vivir en una casita de campo para estar en contacto con la naturaleza. Pero algunos expertos piensan que esto no es bueno para el Planeta. Hace años, un profesor de la Universidad de Harvard alertó, “si amas la naturaleza mantente alejada de ella y vive en las ciudades”. En un sentido parecido se posiciona el autor del siguiente artículo, Pedro Linares, que seguidamente os enseñamos:

«La vuelta al pueblo. Esta idea resuena mucho en aquellos que tenemos una conciencia medioambiental más acentuada, debido posiblemente a dos razones principales: una, las ganas de bajarnos del tren acelerado de la vida moderna y otra, más primal, la de acercarnos más a la naturaleza, como decían el otro día en la tele unos hermanos que se están construyendo unas casas ecológicas en Valdemorillo.

El problema es que el romanticismo que nos lleva a desear volver a la naturaleza y a vivir en el campo no necesariamente nos conduce a una mejora de la situación medioambiental de nuestro planeta. Desgraciadamente, al menos para mí, porque soy de los que querrían vivir en el campo, es mucho más respetuoso con el medio ambiente vivir en una gran ciudad (y preferiblemente en un rascacielos) que en el campo.

¿Es más respetuoso con el medio ambiente vivir en el pueblo o en la ciudad? el autor del artículo no tiene duda: lo mejor para el medio ambiente es que la mayoría de los seres humanos vivamos en ciudades.

 

Efectivamente, por mucho que se empeñen algunos por idealizar los campos y demonizar las ciudades, en general, vivir en el campo implica más desplazamientos (y por tanto más gasto de energía en transporte), más gasto energético en calefacción, al estar las viviendas más dispersas, y más consumo de energía en la construcción, por la misma razón.

Por supuesto, puede haber excepciones, y al final todo depende mucho de cómo se construya y de cómo se viva. De hecho, muchas veces el romanticismo nos lleva a tratar de ver de color de rosa la opción de vivir en el campo: defendemos que vamos a minimizar los desplazamientos, teletrabajar, construir casas con el menor gasto posible de energía o consumir más responsablemente. Pero eso también lo podemos hacer en la ciudad. Así que, lo miremos por donde lo miremos, la ciudad siempre será más «ecológica». A igualdad de circunstancias, los bloques de pisos son mucho más eficientes.

De los 60.000 núcleos de población que hay en toda España, casi 30.000 se encuentran en Galicia, cuyos habitantes, como es lógico, aspiran a disfrutar de todos los servicios básicos. En mayo de 2014, la Conselleira de Facenda de la Xunta de Galicia, Elena Muñoz, cifró en cientos de millones de euros el sobrecoste que supone la dispersión en el gasto sanitario y transporte escolar.

 

Y eso por no hablar de lo de tener una cabañita de fin de semana en la Sierra o en la playa para poder escapar de la ciudad y respirar aire puro…Sí, nos da la vida, pero al final es una segunda vivienda, un gasto energético que sólo disfrutamos algunos fines de semana…

Por otra parte, también hay que ser consciente de que, en general, tenemos algo idealizada la vida en la naturaleza: cuando nos planteamos vivir en el campo, muchos pensamos en una casita rodeada de bosque o montañas, o al borde del mar. Pero claro, eso sólo es posible si son pocos los que lo hacen. Si todos los habitantes de las ciudades cambiaran su vivienda por una en el campo, la idílica naturaleza sería muy distinta. Nuestra vida está repleta de incoherencias, y esta es una más…Yo al menos no soy capaz de resolverla, y sigo deseando irme a vivir al campo, y trato de escaparme a la Sierra todos los fines de semana…aunque sé que eso no es bueno para el medio ambiente».

Pedro Linares
Vicerrector de investigación e Internacionalización de la Universidad Pontificia Comillas. Experto en políticas energéticas sostenibles, instrumentos económicos de política medioambiental y de promoción de energías renovables
http://pedrolinares.blogspot.com.es/

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