Estando de «paseo» por la montaña, en la zona de Picos de Europa hace unas semanas me encontré un insecto un tanto raro.
Estábamos ascendiendo un pared casi vertical, muy pedregosa y algo peligrosa. Con mucha cautela me estoy agarrando a las peñas como una lagartija y sin deleitarse mucho con la altura para evitar el vértigo; cuando al echar mano a un saliente algo saltó.
¡Pero que narices es eso! Rápidamente pedí que me alcanzaran la cámara. Ingenuo de mi, creí a ver encontrado un extraño insecto y tenía que fotografiarlo.
Se trataba de un extraño ser con cuerpo de saltamontes y cola de abeja. Este misterioso ser mitológico salto rápidamente lejos del alcance de los flashes y como no podía ser de otra manera despareció misteriosamente.
Unos días más tarde mostré esa foto a los compañeros de Axena y Cesar muy prudente él, nos explicó: «se trata de un mimetismo batesiano. Este peculiar mimetismo, a diferencia de los que estamos acostumbrados, consiste en que algunos animales en lugar de mimetizarse con el entorno para pasar desapercibidos; tratan de imitar la apariencia de otras especies más feroces por sus aguijones, carácter o espinas. De esta manera los depredadores ante la duda buscarán otra presa más inofensiva».
Todo cuadra… aquí tenemos el ejemplo en este saltamontes que en lugar de tener unos colores grisáceos como los de las rocas en las que me lo encontré opta por intentar engañar a sus depredadores aparentado ser una abeja.