Tristemente esta historia no me sorprende en exceso. Como tantas veces, salimos a dar un paseo por esta quería y despreciada sierra del Barbanza. En esta ocasión decidimos tomar un viejo, un viejo no, un antiquísimo camino. Una senda con cientos y cientos de años de historia. Se trata del camino originario de la calzada de vitres.
Esta senda en la actualidad está señalizada en la parte final, cerca del lugar de Mosquete en el municipio de Boiro y hasta el conocido Castelo de Vitres. Esta es la parte más turística y la que el concello de Boiro a decidido explotar hacia el turismo. Así lo encontramos en multitud de guías, aun que su deterioro y falta de cuidados es patente.
La parte menos conocida es el camino hasta mosquete, que de hecho conocemos desde hace poco. En el comienzo de nuestro andar comprobamos que la primera parte de este camino no es muy transitado. Las fincas y montes colindantes se encuentran descuidadas. Pero de pronto nos topamos con un camino abierto y limpio desde hacía poco tiempo. Una alegría que duró poco.
El desprecio que en multitud de ocasiones hemos visto hacia la conservación de la riqueza ecológica del Barbanza parece haberse contagiado y en este caso el patrimonio histórico tampoco está a salvo.
Alguien, quizás por descuido, quizás por ignorancia o quizás a sabiendas, quizás por sentirse dueño de este lugar, quizás por egoísmo. Decide limpiar un camino de acceso a varios montes con un tractor con cadenas. Algo dentro de la normalidad.
El «pero» está en que para ello no dudó en transitar con su maquinaria agrícola sobre una antigua calzada. Todo ello sin ningún tipo de precaución o mínimo cuidado.
El resultado de esta acción es un camino roto, descuidado y con daños irreparables. Un camino olvidado tras muchos años de uso queda apartado y expuesto al vandalismo rural.
Hace poco más de un año, la Xunta de Galicia sepultó, bajo los pilares de un puente que están construyendo en Noia, el que posiblemente es el descubrimiento arqueológico más importante de Galicia en los últimos 50 años, el Castro de Taramancos. http://www.lavozdegalicia.es/noticia/barbanza/2012/03/14/caballo-atila/0003_201203B14C3992.htm Y tanto el Presidente Feijoo como el Conselleiro de Infraestrutruras y Medio Ambiente, Agustín Hernández, no solo no se arrepienten sino que se vanaglorian de su fechoría.
Por tanto, este destrozo en la calzada de Vitres (en el Barbanza hay otras calzadas que han sido sepultadas bajo toneladas de tierra para pistas forestales con total impunidad) debe enmarcarse en este contexto de total desprecio por el patrimonio arqueológico y ambiental.
En las zonas rurales de Galicia, y en el Barbanza de forma especial, políticos de uno y otro bando se rigen por la norma del “dejar hacer a cada uno lo que quiera”, ellos creen que así aseguran lo que llaman el “voto rural”. Que por cierto, son un pequeño porcentaje de votantes pero por alguna razón, a los políticos los tienen “cojidos por los huevos”. Y perdón por la expresión.
Mientras los políticos no tengan la percepción de que destruir, o dejar destruir, el patrimonio arqueológico o natural les hará perder votos, no moverán un dedo por protegerlo. Y tengo la impresión de que ese momento todavía está lejos. Tenemos los políticos que merecemos, esperemos que nuestros hijos nos perdonen por no haber sabido proteger su herencia.
No podía estar más de acuerdo.