Los Bloggers de Axena

¿Hay vida tras los incendios? (II)

Con el agua por las rodillas seguimos explorando aquellas galerías inundadas, hace dos semanas, allí sólo se podía oler la humedad y la tierra mojada, ahora mina adentro, el olor a humo penetraba en la mina para recordarnos que incluso allí, con miles de toneladas de tierra encima de nuestras cabezas el incendio seguía presente. Aún nos faltaba otra especie que habíamos observado en el último censo. La última vez que las habíamos visto, parece que les gustaba el fondo de la mina, donde unos salientes les hacían de trampolines sobre el curso de agua subterráneo.

Efectivamente! En esas piedras-trampolines había algo colocado de color oscuro, nos acercamos con cuidado, y comenzaron a aparecer individuos de rana patilarga (Rana iberica), otro endemismo del noroeste peninsular, al igual que el tritón ibérico. Inmóviles como piedras nos observaban desde sus pedestales. Hicimos rápidamente el recuento.

Rana refugiada en el interior de la mina tras el incendio

Cuando por completa sorpresa, en una de las paredes y escurriéndose para el fondo de la mina de donde surge el manantial de agua, una Saramaganta! (Chioglossa lusitanica), un tremendísimo ejemplar, la cola era inusualmente larga, el doble que el cuerpo del individuo, haciendo honor a su nombre en castellano Salamandrita rabilarga, vaya que sí era larga! el ejemplar más grande que yo había visto nunca. Fijaros en la escala de la foto, es una moneda de 20 céntimos. Y de nuevo, otro endemismo del noroeste ibérico. Las tres especies de anfibios identificadas están presentes en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y del Catálogo Español de Especies Amenazadas, considerándose la «saramaganta» como especie Vulnerable.

Saramaganta rabilarga, rabilarguísima
Como referencia la moneda de 20 céntimo

En comparación con los datos que habíamos tomado hace dos semanas, en las minas encontramos tras el incendio el doble de individuos! Desde hace mucho tiempo, llevamos divulgando desde AXENA que a las minas del Barbanza se las considere puntos importantes de conservación (y no zonas oscuras, peligros ocultos que deben ser tapados) dado el valor como refugio y hábitat para multitud de especies de anfibios, insectos y murciélagos. Además, ante los devastadores incendios, son la única salvación para muchas especies y posteriores focos de distribución de la especies para poblar las áreas arrasadas. Así, deberían ser consideradas con un nuevo status de conservación estos monumentos de nuestro patrimonio histórico-industrial y también ambiental.

 

A pesar del devastador incendio, la vida sigue adelante, lucha por continuar
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