Hace poco me habían hablado de una lamentable fotografía, el Conseller de Turismo de Les Illes Balears aparecía con los testículos de un ciervo cazado todavía sangrando encima de su cabeza y realizando la señal de la victoria. Sinceramente, al principio me parecía tan absurdo que no me lo creí, tan de la España profunda que era inadmisible, tan… tan estúpido que coincidía plenamente con las nuevas legislaciones de caza, la corrupción de las licencias, el exterminio, el uso público del monte que se está permitiendo desde las administraciones españolas… Una vuelta al tercer mundo en mi opinión, esta crisis económica lamentablemente no está sirviendo para aprender de errores del pasado sino para afianzar la estúpidez, la ignorancia y la inmoralidad.
Y lo mejor de todo, es que éste, como tantos otros, no lo obligamos a dimitir inmediatamente por su deleznable comportamiento. ¿Qué clase de sociedad tenemos, generamos y soportamos; que permite que gente como este señor tenga un cargo público? Tenemos lo que nos merecemos, ni más ni menos.