El Domingo 26 de Mayo se reunieron 20 niños de edades comprendidas entre los 5 y los 10 años. Comenzó el día con unas temperaturas menores para esta época del año, concretamente, dieciséis grados. Por lo que los presagios se convirtieron en realidad, y toda la jornada transcurrió con una sensación térmica muy placentera.Si a esto le combinamos padres educados,niños ilusionados,voluntad para aprender y convivir, haciendo de la naturaleza nuestra propia casa, el resultado fue una excursión inolvidable.
Desde la urbanización de Punta Brava, muy cercana a la orilla del mar, parte un sendero que recorre todo el perímetro del monte volcán.Fuimos recorriéndolo hasta el desvio por el que comienza la subida al volcán.Con precaución y buena letra todos subieron al vértice geodésico indicador del punto más alto de la zona, mientras unos comían, otros descubrían aspectos geológicos peculiares de las rocas volcánicas presentes. Los había que no se conformaban con el mundo inanimado y corrían al encuentro de coleópteros típicos de estas fechas.
Tras reponer las energías necesarias para continuar, descendimos al encuentro de un grato y acogedor pinar de pino carrasco ( Pinus halepensis ) un sitio estratégico para nuestra pretensión de llegar a estos niños, de despertar en ellos sensaciones especiales, pues, ante ellos, se encontraba un volcán que hace siete millones de años engullía con su lava cualquier forma de vida.El misterio, la sorpresa, la fuerza, o cualquier sensación que en ellos despierte bienestar y derive el respeto y conservación que la naturaleza se merece, esa el objetivo de nuestro esfuerzo.
¿ Y cómo encender la chispa de sus pequeñas mentes? Como en los últimos años, y cada vez más, se esta perdiendo el noble arte de la escritura ( móviles y demás objetos impiden un adecuado desarrollo ) pretendíamos enriquecer su vocabulario redactando una breve historia, su título, » Un día con el volcán de Carmolí«.
Casi todos se lanzaron a la aventura y escribieron apasionadas e imaginativas historias, relacionaban su vida personal con la del volcán, asociaban la alegría del momento con el futuro por venir, en una palabra, se estaban convirtiendo en futuras promesas.Esperemos que todo este fuerzo derive en una tendencia conservacionista en las próximas décadas, de nuestro empeño como asociación no quedará.
Ese es el camino… Muy bien Domingo!! Gracias y Enhorabuena!!
Domingo, eres un fenómeno. Seguro que los chavales lo pasaron muy bien. La única esperanza de que el medio ambiente no sea definitivamente arrasado es que las generaciones venideras sean mejor que la nuestra.
Yo de pequeño leía las historias del Tambora y del Krakatoa y alucinaba. Las fuerzas de la naturaleza nos demuestran lo frágiles que somos los humanos que nos creemos los amos del universo y realmente si un día llega a explotar el volcán de Yellowstone o cae un pedrusco como el que acabó con los dinosaurios, seríamos borrados de la faz de la Tierra.
Enhorabuena domingo.
La verdad Manuel, no soy ningún fenómeno, pero eso sí, pongo todo de mi parte y tambien los voluntarios.No es fácil a veces, si no fuera por los niños no creo que pudiera dedicarle tanto tiempo y entusiasmo a este tipo de actividades.Ellos te renuevan la ilusión y la alegría,soy feliz viéndolos corretear en paz con la naturaleza.El volcán es como tu dices, algo muy superior a nuestra existencia, y eso lo palpan los niños, incluso, más que los adultos.Gracias a ti y a Vicente por vuestras palabras de ánimo, hoy en día hay que soltear muchos obstáculos para llevar a buen puerto este tipo de actividades altruistas con la naturaleza y los niños,No es fácil, pero es más fácil con vuestro apoyo.Un saludo.