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Variante de Portosín: cada día más cerca de Marbella

Hasta hace unos años, Portosín, un pequeño pueblo costero de menos de mil habitantes situado en el ayuntamiento de Porto do Son, estaba formado por pequeñas viviendas unifamiliares. Una de las joyas de Galicia. Sin embargo, el «boom» urbanístico, consentido por gobiernos municipales de uno y otro signo y, como no, por la Xunta de Galicia, destruyeron su espíritu marinero y lo convirtieron en el monstruo de hormigón que hoy todos conocen. Actualmente Portosín sigue teniendo menos de mil habitantes como hace décadas, pero cuenta con edificios suficientes para albergar a la población de toda una ciudad. Por supuesto, todos ellos se encuentran prácticamente vacíos durante 10 o 11 meses al año. Es el pueblo de las persianas bajadas.

 

Parte del frente marítimo de Portosín (el resto de fachada marítima que no aparece en la foto está igual o peor), hasta hace unos años una bonita villa marinera de viviendas unifamiliares y actualmente una pequeña Marbella de hormigón. Los políticos ahora pretenden destrozar los montes que hay detrás del pueblo con una nueva e innecesaria carretera.

 

Pero la destrucción no ha finalizado. De mismo modo que del cerdo se aprovecha todo, los políticos municipales y la Xunta de Galicia parecen haberse aliado para no dejar de Portosín ni los despojos. Así, si hace unas semanas el alcalde de Porto do Son solicitaba que la nueva Ley de Costas todavía fuese más permisiva en este pueblo en la zona de la Gafa y playa de Coira, ahora también se anuncia la construcción de una nueva e innecesaria vía de comunicación a la que han puesto el nombre de Variante de Portosín (este debe ser el único pueblo del mundo con apenas 650 habitantes al que le construyen una carretera de circunvalación) que, según ha reconocido el propio Conselleiro de Infraestructuras y Medio Ambiente, costará 37 millones de euros y duplicará a la AC-550 entre la salida del nuevo puente de Taramancos y Cans, un tramo de poco más de 7 Km que se recorre en menos de 8 minutos.

 

En la foto, trinchando un cefalópodo, el Consellerio de Infraestructuras y Medio Ambiente de la Xunta de Galicia, Agustín Hernández, al que le encanta ir a Porto do Son (ayuntamiento a donde pertenece Portosín) a comer el pulpo. No le tiembla el pulso en gastar 37 millones de euros de fondos públicos en una carretera para ahorrar un par de minutos de coche. A su lado el alcalde de Porto do Son.

 

Para justificar este gasto de 37 millones de euros, destrozo de bosques, expropiaciones de terrenos… arguyeron varias falacias, a cada cual más estrambótica, como se demuestra a continuación:

– Falacia número 1:

Con la nueva Variante de Portosín se ahorrará un tiempo significativo de coche: con al actual AC-550, entre la salida del puente de Taramancos y Cans, es decir, el tramo que se pretende duplicar, es un trazado sin apenas siniestrabilidad que se tarda en recorrer menos de 8 minutos en coche. La demostración es muy sencilla, basta con montar en un automovil, cronómetro en mano, y recorrer el trazado para comprobarlo. Es lo mínimo que debería haber hecho el Conselleiro de Infraestructuras y Medio Ambiente Agustín Hernández antes de gastar 37 millones de euros de dinero público. De paso haría un poco de honor a su cargo de Conselleiro de «Medio Ambiente» y no solo al de «Infraestructuras (Innecesarias)».

  En este video recorremos en coche los poco más de 7 km. de AC-550 que hay entre la salida del nuevo puente de Taramancos y Cans, que la Xunta de Galicia pretende duplicar con la denominada Variante de Portosín. Como pueden ver, el tiempo en hacer el trayecto, respetando todas las señales de tráfico, son solo 7 minutos y 53 segundos. Poco se puede ahorrar de ahí.

– Falacia número 2:

Esta variante es necesaria porque en Portosín se producen importantes atascos: aunque se produjesen retenciones de vehículos a la vuelta de la playa en verano, a no ser que fuesen muy grandes, continuas y hubiesen fallado otras medidas para regular el tráfico (policía municipal, regulación de pasos de cebra…), esto no sería motivo para construir considerar la construcción de una variante, de hecho, en las ciudades de este país se producen atascos todos los días, mañana y tarde, los doce meses del año (ver entrada de Coruña un día laboral). Pero es que en Portosín, a pesar de que no hay ni un solo municipal para dirigir el tráfico, que los pasos de cebra no están regulados, que se permite aparcar a ambos lados de la carretera en muchas zonas… no se producen retenciones de tráfico de consideración ni siquiera en los meses de verano. Del resto del año ya ni hablo porque por ahí no pasa ni el Tato. Tanto es así, que algunos diarios han tenido que ilustrar estos hipotéticos atascos en Portosín con fotografías de retenciones de tráfico de la vecina localidad de Noia, que es algo así como intentar demostrar la existencia de vida en Marte con una foto de la romería del Rocío.

 

Como no hay atascos importantes en Portosín, ni siquiera en los meses de verano, que justifiquen la Variante, algunos diarios, como El Correo Gallego en la edición del 13 de octubre de 2012, tuvieron que ilustrar la noticia con fotos de atascos en la vecina localidad de Noia.

 

 – Falacia número 3:

Si se llegase a construir un polígono industrial, esta variante sería necesaria para el paso de camiones: lo primero que hay que decir, es que la mayoría de las empresas que se asentarían en un hipotético (y probablemente muy lejano en el tiempo) polígono industrial de Porto do Son (ayuntamiento que apenas supera los 9.500 habitanes a pesar del «boom» urbanístico) serían empresas locales que ya están funcionando, por tanto, serían los mismos camiones de siempre. Aún en el caso de este pequeño polígono aumentase el tráfico local en, seremos generosos, 20 o 30 camiones al día, es decir, uno cada hora, podrían perfectamente circular por la actual AC-550  como lo llevan haciendo toda la vida.

 

Los camiones nunca han tenido ningún problema para atravesar Portosín y eso que en algunos sitios incluso se permite aparcar a ambos lados de la carretera. En la foto, un camión sale del pueblo con total desenvoltura. Para hacer esta foto hubo que esperar varios minutos a que pasara el primer camión.

 

Las tres falacias que argumentan la Xunta de Galicia y políticos locales para sustentar la Variante de Portosín se caen por su propio peso. Pero además ocultan todas las consecuencias negativas que tendrá esta nueva vía para los vecinos, el medio ambiente y en las arcas públicas. Estas son algunas de las cosas que no nos quieren contar:

1.- Despilfarro de fondos públicos: una obra como ésta, que ocasionará tantos perjuicios y ningún beneficio, no debería construirse ni aunque fuese gratis, pero encima, en una situación de crisis como la actual, gastar 37 millones de euros en 7,5 km. de carretera, cantidad declarada por el conselleiro Agustín Hernández (ver noticia) para duplicar una vía ya existente y ahorrar, en el mejor de los casos, un par de minutos de coche no parece aceptable. Si alguien creía que después del aeropuerto de Castellón, la Cidade da Cultura o el AVE a Albacete los políticos ya habían aprendido que el dinero público es de todos y que por tanto hay que gestionarlo adecuadamente, estaba equivocado.

 

En la foto Portosín, un pueblo al que políticos de uno y otro signo y promotores inmobiliarios destrozaron. Ahora han puesto sus ojos en la zona de la playa de Coira que sobrevivió a la catástrofe urbanística (primer plano) y en los montes que rodean al pueblo.

 

2.- Destrozo del medio ambiente: muchos montes que rodean Portosín y localidades cercanas, que sobrevivieron al «boom» urbanístico que destrozó la costa, serían arrasados por esta vía. En esos lugares viven multitud de especies animales, muchas de ellas protegidas. Esta carretera fragmentaría su hábitat y supondría una nueva trampa mortal para ellos.

 

Los montes del lugar son riquísimos en flora y fauna, mucha de ella, protegida. En la foto, gineta (Genetta genetta) y lechuza común (Tyto alba), posiblemente con crías, atropelladas el 5 y 15 de mayo de 2013 respectivamente, en la AC-550, muy cerca de Portosín. Una nueva carretera paralela a ésta multiplicaría los riesgos de muerte para los animales.

 

3.- Probable perjuicio al comercio local: aparte de la pesca, la gente de Portosín vive, en gran parte, de la hostelería y de pequeños comercios al por menor. Desviar los pocos coches que pasan durante casi todo el año por el pueblo por la nueva carretera de circunvalación, seguramente perjudicaría al comercio local, como así ha sucedido en otros pueblos a lo largo de toda la geografía nacional.

 

En la foto, noticia de las quejas de los comerciantes de San Roque de Acebal, uno de los muchos pueblos de la geografía nacional, a los que la construcción de una carretera desviando el tráfico del pueblo ha llevado la ruina a los negocios.

 

4.- Perjuicio para senderistas, ciclistas y deterioro de la calidad de vida: uno de los principales atractivos para las personas que viven en esta zona y para los visitantes es la realización de rutas, a pie, en bicicleta de montaña o en otros medios de locomoción, por los montes de la zona. La variante de Portosín, que correría a lo largo de unos 7 km. paralela a la costa a través de estos montes, aldeas y fincas provocaría, además de un enorme impacto visual y acústico, que las personas se encontraran con una vía asfaltada cortando el territorio. Si esta nueva carretera estuviese vallada impediría el paso y si algún animal lograse entrar, probablemente, no encontrase la salida quedando encerrado en una trampa mortal. Si no la vallan, supondrá un nuevo peligro para niños y animales domésticos y silvestres en un lugar en el que hasta ahora se podía pasear con total seguridad.

 

Esta carretera supondría una grave molestia a las personas que hacen senderismo, rutas en bicicleta o a caballo, o simplemente se desplazan a hacer tareas agrícolas, y se convertiría en una trampa mortal para multitud de animales, incluídas las reses mostrencas que viven en esos montes.

 

 5.- Expropiación de propiedades privadas: para la construcción de esta vía innecesaria que corre paralela a la costa a lo largo de unos 7 km, obligatoriamente tendrán que expropiar las propiedades de muchos vecinos. El artículo 33.3 de la Constitución Española establece que “nadie podrá ser privado de sus bienes y derechos sino por causa justificada de utilidad pública o interés social”. Tal y como se ha explicado, esta obra faraónica no tiene ni utilidad pública ni interés social, a pesar de ello, no dudan en arrancar los bienes de los legítimos propietarios para satisfacer sus propios intereses.

 

Muchos de estos montes y fincas quedarán arrasados por una carretera con la que se ahorraría, en el mejor de los casos, un par de minutos de coche. Un alto precio que el Conselleiro de Infraestructuras y Medio Ambiente no duda en pagar (con dinero ajeno, por supuesto).

Los políticos deberían explicar qué verdaderos intereses defienden con la construcción de la Variante de Portosín. Una obra innecesaria que duplicaría la carretera ya existente y correría paralela a la costa por los montes y fincas del lugar, causando un enorme impacto ambiental en una zona ya devastada desde tiempos del «boom» urbanístico. Además, a muchos vecinos le confiscarían sus propiedades y probablemente se perjudicaría a muchos pequeños comercios locales. Millones de euros de dinero público para hacer una vía absolutamente prescindible para ahorrar, en el mejor de los casos, un par de minutos de coche.

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