El universo subterráneo es como un libro interminable, sus capítulos e imágenes son inabarcables y su espectáculo todo un recreo para saciar nuestra imaginación. Pero, ¿de qué esta formada la imaginación? De color, sin duda.
Las tonalidades de color que el espeleólogo encuentra en sus sucesivas visitas a cuevas y simas no es muy amable, los tonos ocres y oscuros acentúan la ausencia de luz, es por ello que cobra doble valor los colores limpios y brillantes, los que dan un poco de «vidilla» y ánimo.
Minerales como la malaquita o azurita decoran las paredes de simas y cuevas naturales con colores azules, es por tanto su tono brillante el que nos sorprende y absorbe durante unos instantes.
Otro ejemplo alegre lo encontramos en la calcita. Es un mineral formado como consecuencia de la disolución de la roca caliza, sus formaciones son maravillosas, su gama de tonos varían del marrón al anaranjado pasando por el blanco. Hay excepciones como cuando en la disolución de la roca caliza intervienen minerales como la azurita, entonces, estalactitas y estalagmitas de calcita se les confieren de un tono azulado, muy bello y poco corriente.
Otro caso, son los yacimientos de yeso que se extienden por largo y ancho de nuestra geografía. Se explotan en muchas ocasiones para beneficio económico a través de canteras a cielo abierto, no todas, en otras, como es el caso que nos ocupa, la naturaleza le da forma, esculpiendo y moldeando el mineral en un universo particular donde las tonalidades blancas predominan.
El desierto de Tabernas es conocido por las famosas películas de Clint Eastwood y Sergio Leone, pero también es conocido por poseer un paraíso natural, oscuro y blanco a la vez, el karst de yeso mejor conservado de Europa.
Hace millones de años el mar cubría el sureste de la península formándose depósitos de yeso de tamaño colosal. Cuando las aguas se retiraron el mineral quedo al descubierto y sometido a la acción meteórica del agua de lluvia, como consecuencia de ello el yeso se fue disolviendo hasta nuestros días contribuyendo a un enorme espectáculo de distintas formaciones de yeso; estalactitas, estalagmitas y geodas confieren a este paraje de Almería unos atributos fuera de lo común.