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Reflexiones sobre la economía del eucalipto en Galicia y su futuro

Enrique Valero, Director de la Escuela de Ingeniería Forestal de la Universidad de Vigo, ha escrito un interesante artículo de opinión en El Faro de Vigo para reflexionar sobre el futuro de la explotación forestal del eucalipto en Galicia. Aquí os dejo el artículo:

«Tan obvio resulta que la fábrica de ENCE se instaló en el peor lugar de los posibles (lo enseño en la asignatura de Planificación Territorial), como tan necio juzgar con criterios del siglo XXI, decisiones tomadas en los cincuenta con parámetros de una economía y una sociedad de postguerra.

A escala Industrial de la madera y derivados, Galicia tiene todas las piezas del puzle colocadas en su geografía: rematantes, aserrío, bio-energía, tableros y pasta. Sólo 41/315 municipios no tienen estas factorías, aunque todos registran empresas de servicios o aprovechamientos forestales y en muchos supone más del 25 % del empleo no primario. Más de uno de cada 10 trabajadores (12% del empleo manufacturero) ganan su nómina en el sector. Sin embargo, pierde mucha parte de ese vigor industrial, cuando hablamos de añadir valor a dicha materia prima. No hay ningún país desarrollado en el mundo que no tenga industria de pasta y papel (clamorosa carencia, esta última), ni robustas estructuras industriales de 2ª y 3ª transformación. Si quitamos la pieza de la pasta en nuestra maquinaria, dejará de funcionar, o lo hará mal.

Aunque plagadas de patologías sin atender y huérfanas de selvicultura, en las masas de eucalipto gallegas se aprovechan anualmente 1,4 millones de Tm. de eucalipto, que digiere la fábrica de Lourizán, otras 800.000 Tm. que se van a Asturias, otro millón que se llevan a Portugal, para alimentar sus respectivas industrias y mercado de trabajo, y 700.000 Tm. que se queman como biomasa. Multiplicar eso por los 28 euros/Tm. que se pagan en pie, evalúa lo que supondría detraer ese capital de los bolsillos de los paisanos, carentes de otra alternativa y con un sector primario en caída libre desde hace décadas. 54.000 propietarios (el 7% de las familias gallegas) vendieron madera en el 2012, ingresando 250 millones ?, siendo el monte gallego una renta complementaria en un contexto económico de recesión. El tráfico de productos forestales se realiza por 11 de los 18 puertos gallegos, liderados por el de Ribadeo (438.000 Tm.) y Marín (410.534 Tm.), ambos muy relacionados con la pasta. En términos de empleo, mejor ya no reflexionar.

¿Que, en hipótesis, podríamos sustituir los eucaliptos por especies frondosas nobles? Abstracción utópica, que habría que consultar con esos propietarios de monte y decirles que esperen 80 años, en lugar de 16, practicando una selvicultura compleja, obteniendo la décima parte de la producción, y que tampoco les van a dejar cortar según la propia legislación actual. Por otra parte, ¿no disponemos de suficiente superficie para robles, castaños, nogales, etc. en las 600.000 Has. obscenamente rasas que ostentamos?

Quizá por nuestra condición periférica nos llegan tarde y confundidos los impulsos de esa fábrica de ideas que es la UE. La Estrategia 2020, marca ahora el compás de una música ambientada en el Crecimiento Sostenible (con toda la sostenibilidad que se quiera, pero crecimiento, nucleado en los recursos propios), el Crecimiento Inteligente (fundamentado en el conocimiento científico) y el Crecimiento Inclusivo (aquel focalizado en el empleo y la cohesión social). Además, nos encontramos al final de la era tecnológica, basada en el consumo de combustibles fósiles, y ya hemos entrado en la de la bio-economía, baja en carbono, justo aquella que aprovecha los productos agrícolas y, sobre todo, forestales para crear nuevos bio-combustibles, bio-fármacos, bio-plásticos, bio-materiales, bio-todo. Norte y Centroeuropa se han puesto a bogar con entusiasmo en ese rumbo. Al igual que pasó con la acuicultura o las renovables, la cuestión que parece flotar sobre la sociedad gallega es, ¿Por qué vamos a tener que ser una potencia forestal, si pueden perfectamente serlo los finlandeses, austriacos, chilenos, alemanes o brasileños? Se deduce de empresas como la segunda factoría de pasta, Eurogalicia Forestal, la fábrica de papel tisú y tantas otras iniciativas abortadas, bendecibles ahora en las actuales referencias socio-económicas.

Surfeamos desde hace décadas la ola forestal. Lo cual significa que nos mantenemos sobre una vacilante tabla, deslizándonos hacia abajo en precario equilibrio a toda velocidad, y con una enorme masa de agua rugiente por encima de nosotros, llamada sub-economía y desempleo, amenazando con venirnos encima. No sé quién habrá de tomar próximamente las decisiones, pero, por la naturaleza de las mismas, mejor que se adopten sin complejos, y que sean inteligentes.»

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