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Los agujeros del Cerimán

La Monstera deliciosa o cerimán, es una planta de tipo trepador que seguro que a todos os suena. Típicamente, guarda las esquinas de portales, escaleras y pasillos en el interior de muchos edificios, y también de algunos jardines. En libertad es una planta que se extiende en las selvas desde el sur de México hasta el norte de Argentina. El nombre deliciosa le viene de que es posible consumir sus hojas y también su fruto (siempre y cuando la planta ya tenga más de un año porque en las primeras fructificaciones el fruto tiene cantidades elevadísimas de ácido oxálico que lo convierten en tóxico).

Cerimán
Los agujeros del Cerimán
Monstera deliciosa

Otra característica muy llamativa del cerimán son las enormes hojas que posee, algunas llegan a alcanzar más de 90 x 80 cm. Estas enormes hojas tienen una forma muy característica, con lobulaciones muy marcadas y con múltiples agujeros por el medio. Estas características tan exclusivas han sido fruto de múltiples teorías explicando la presencia de los agujeros como por ejemplo resistir mejor los huracanes ofreciendo menos resistencia al viento, servir de camuflaje para los herbívoros, disipar más fácilmente la temperatura de la hoja… pero claro, teniendo en cuenta que la planta típicamente vive en medio de una selva tropical quizás no sean lo más acertadas posible.

 Christopher Muir, un estudiante de doctorado con el que tuve el placer hace dos veranos de compartir unas cuantas horas con él en la Universidad de Mallorca acaba de publicar un estudio científico que podría explicar el por qué de estos agujeros. Sus hojas crecen diferencialmente a lo largo de su desarrollo, al comienzo son pequeñas y carecen de agujeros, y como es una epífita trepadora esto habitualmente sucede cuando está cerca del suelo. En medio de la selva la luz que llega es muy tenue, y típicamente con rayos de luz dispersos que penetran entre el dosel. Conforme la planta va creciendo, va ganando altura trepando por el tronco y la frecuencia e intensidad de estos rayos de luz dispersos aumenta. Así tras sucesivas modelizaciones, resultó que con la misma superficie una hoja con agujeros cubre más espacio aumentando así sus posibilidades de captar algún rayo de luz aunque en algunos casos puedan ser menos aprovechados debido a esos agujeros. Una adaptación muy interesante para poder sobrevivir en condiciones de luz muy escasa.

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