
Gabriel y Begoña, sus nombres deben y tienen que figurar en el encabezado de este post. Los dos monitores que posibilitaron con su esfuerzo algo más que una visita al conocido Centro de Recuperación de Fauna Silvestre. Todas mis felicitaciones por su labor, dedicación y entusiasmo por la naturaleza y cariño que cada día desprenden hacia los niños.
El Sábado 2 de Marzo, y gracias a la organización por parte de la socia del club Irene (guía de la sección infantil a la que tantas horas de trabajo le estamos dedicando desde AXENA y el CUUM), trece niños con sus padres pudieron asistir a una serie de actividades consecutivas y dinámicas, que consiguieron motivar y hacer las delicias de los niños en esta linda mañana de Sábado.
Nada más llegar,en la sala audiovisual, se dio una charla extensa, sencilla y fácil de asimilar por parte de todos; peligros que acechan a la fauna silvestre, conceptos de como debemos de actuar para proteger nuestro entorno natural, sonidos de especies representativas, ilustraciones de huellas y contestación a la pregunta ¿cómo funciona el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre?
Un día fue libre pero ahora ya no vuela ni tan siquiera se la ve feliz, su nombre Circaetus gallicus, águila culebrera. Un atropello, un perdigón perdido, lo cierto es que esta bella ave no volverá a volar jamás. Una pena que no se puede describir.
Gabriel no paraba de sonreír de interactuar con los «peques» y realizar su trabajo con una profesionalidad fuera de lo común. Tras la proyección audiovisual vinieron los talleres. El primero de ellos de identificación de rastros y restos de animales, el segundo de plumas, otro más explicando las peculiaridades de las rapaces diurnas, otro de las aves acuáticas y para finalizar este gran pastel una magnífica guinda final; actividades para colorear, recortar y plasmar en un bello mural colectivo todo el trabajo realizado en esos minutos. No estaban solos, y Begoña puso su sonrisa y muchísimas cualidades más, que hacen que desde aquí se lleven un interminable aplauso por mi parte, la de los niños y la de los padres. Seguro que si hubieran más monitores de esta categoría otro gallo nos cantaría en temas medioambientales.