El extraño tiburón víbora (Trigonognathus kabeyai)

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En inglés se le conoce como viper dogfish, algo así como ‘quelvacho víbora’ —supongo que no os resultará complicado entender por qué—; su nombre científico es Trigonognathus kabeyai, y su presentación en sociedad tuvo lugar en el año 1990 de la mano de Mochizuki & Ohe. Desde entonces hasta hoy, por lo que he podido averiguar, el número de ejemplares capturados de que tenemos constancia no llega al medio centenar. Es una rarísima captura accidental de las pesquerías del cerco y el arrastre de fondo de ciertos puntos del Pacífico, concretamente la costas de Japón y Hawai, los dos únicos lugares del planeta donde se le ha encontrado enganchado en una red.

El Trigonognathus kabeyai es un insólito tiburón de la familia Etmopteridae (orden Squaliformes), conocidos como tiburones linterna debido a la presencia de fotóforos en su superficie corporal. Esto quiere decir que, pesar de esa pinta de alienígena de cómic japonés de mediados del siglo pasado, el bicho tiene familia muy cercana en nuestras aguas —un poco como ese primo raro de mamá que vive en el extranjero—, como por ejemplo el negrito (Etmopterus spinax) (1). Su cuerpo es similar al resto de sus congéneres: alargado y cilíndrico, con aletas pequeñas, las dos dorsales con espinas y sin aleta anal. Su librea e marrón oscura por arriba y negra por abajo, con manchas negras luminosas en el pedúnculo y aleta caudal.

Es en la cabeza donde se encuentran sus rasgos distintivos: boca muy larga y estrecha, en posición terminal como en las serpientes, y dotada de largos dientes curvados como colmillos situados en la parte delantera de las mandíbulas, que son también características porque tienen forma de V, es decir, no describen un arco como en las demás especies. Como se muestra en la imagen, «el víbora» es capaz de proyectar ambas mandíbulas para, como dice Compagno, empalar a sus presas con los larguísimo colmillos. Se alimenta de peces óseos y crustáceos, que se traga enteros, porque esos dientes sólo sirven para… empalar —adoro este verbo—.

Según los datos de que disponemos, basados exclusivamente en el registro de capturas, es un tiburón de aguas profundas que habita el talud superior entre los 330-360 m, también la cumbre de montes submarinos a 270 m —como el único ejemplar capturado en Hawaii por un arrastrero de Aberdeen—, y tal vez sea también oceánico. Treinta y nueve ejemplares fueron capturados en el cerco por la noche entre los 0-170 m en aguas de 1500 m de profundidad, lo cual, quizá, pueda ser un indicio de que realiza migraciones verticales nocturnas en busca de presas, como muchas otras criaturas del mar profundo. Pero esto no es más que una conjetura.

Y poco más se puede añadir de este tiburón. Su biología nos es prácticamente desconocida, como casi todo lo demás. Se cree que es vivíparo aplacentario —ovovivíparo—; los machos maduran a partir de los 37-44 cm y las hembras, en torno a los 44 cm —se sabe que como mínimo alcanza los 54 cm de longitud total—. Imagino que a medida que las pesquerías vayan ganando profundidad más ejemplares salgan a la luz y, a partir de ahí, los científicos puedan añadir más datos. Como es natural, la Lista Roja de la IUCN le ha colocado la etiqueta de «Datos incompletos».

Lo único que está claro es que ahí abajo la biodiversidad es enorme. En el mar profundo hay multitud de especies todavía por descubrir para la ciencia. Incluso es posible que no haya una, sino al menos dos especies de Trigonognathus puesto que, al parecer, el ejemplar capturado en Hawai presenta algunas diferencias morfométricas (2) respecto de los especímenes japoneses que tal vez, algún día, puedan dar lugar a alguna sorpresa.

En español aún sigue sin tener nombre oficial. A lo mejor la comisión nos hace caso y se queda con nuestra propuesta, tiburón víbora.

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(1) Si queréis conocer al negrito, no hace falta que os vayáis al África tropical. Basta pinchar este enlace de Tiburones en Galicia.

(2) Por ejemplo, la longitud de la base de la primera dorsal, la longitud de la primera abertura branquial y la distancia desde el extremo del morro hasta el ojo (Bradley M. Wetherbee & Stephen M. Kajiura (2000). «Ocurrence of a Rare Squaloid Shark, Trigonognathus kabeyai, from the Hawaiian Islands». Pacific Science, vol. 54, no. 4: 389-394).

2 Comentarios

  1. Este rarísimo tiburón víbora dices que se suele capturar por los mares de Japón, el extraño tiburón anguila también se ver por aquellos mares, y el no menos raro tiburón duende es la traducción de tenguzame, el nombre que le puso el pescador japonés que capturó el primer ejemplar conocido.

    Curioso el gran número de tiburones raros que capturan o avistan en aquella zona.

  2. Bueno, aquí también tenemos tiburones raros, y bastantes: anguilas, tiburones duende, etc. y posiblemente tengamos una población estable de ambos. Las especies de aguas profundas (todos estos tiburones lo son) es lo que tienen, que sabemos muy poco de ellas: a veces aparecen donde y cuando les da la gana; y otras simplemente se les tira por la borda y listo, sin dar más explicaciones. Hoy en día esto está cambiando: nuestros mariñeiros parecen más sensibles al hecho de encontrarse con bichos raros, por lo que cuando suben alguno muchos avisan a algún organismo para entregarlo.
    Que por qué Japón. Supongo que las condiciones y estructura geológica marina de las islas, así como el tipo de pesca que practican, tal vez contribuyen a que estas especies afloren más por allí que por aquí. Pero en absoluto significa que en el mar que rodea Galicia no existan poblaciones de bichos tan extraños.

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