“El amor es universal, hay animales que pueden sentirlo; hay humanos que no”. Éste es el título de un email que me envió un amigo hace ya algún tiempo. La otra noche, mientras hacía limpieza de correos antiguos, lo encontré otra vez y me volvió a emocionar.
Esta extraordinaria serie fotográfica, que parece que fue tomada en Ucrania, cuenta una historia tierna y triste a la vez, un drama protagonizado por una pareja de golondrinas (Hirundo rustica), que me gustaría compartir con vosotros por si no la conocéis.
Las golondrinas son unas de las aves migratorias más conocidas, sobre todo porque anidan cada año en nuestros balcones, sin embargo estas imágenes muestran uno de esos eventos naturales conmovedores, e inexplicables para nuestro pensamiento antropocéntrico, que a veces ocurren y somos capaces de presenciar.
“…y mientras la golondrina abastecía de comida y agua a su pareja herida, esta murió a pesar de sus esfuerzos y entonces, desesperadamente trato de despertar a su pareja junto a la cual se quedo por un tiempo indeterminado…”.
Es poco probable que las aves “piensen” en la muerte, pero ¿entenderán el significado de la ausencia de un compañero cercano? No lo sé, pero es una prueba más en contra de aquellos que piensan que los animales no tienen sentimientos.
Viendo imágenes como estas, uno no comprende como hay gente, como los cazadores, que disfrutan matando a unos animales que sienten y sufren como nosotros. La crueldad humana no tiene límites.
La verdad es que viendo estas fotos a uno se le saltan las lágrimas.
Hola Maria Jose,me gusta que autores aborden este tema.Yo si creo que muchos animales sienten fidelidad,amor y cariño s su pareja.Una de las cosas que más me han impresionado desde niño es el hecho de que muchas especies de rapaces y aves permanezcan fieles a su pareja año tras año durante toda una vida.Las sume en un romanticismo celestial,la lealtad no es algo exclusivo del ser humano.Felicidades Maria Jose,me ha gustado mucho el post aunque las fotografías sean tristes.
Gracias, me alegro que os haya gustado aunque sean unas fotos un poco tristes.
Domingo, la verdad es que mientras escribía el post me acordaba irremediablemente de ti, algo me decía que te iba a gustar… En cuanto a la lealtad puede que no sea exclusiva del ser humano, pero tampoco es inherente a él, por desgracia…