Andarrios grande, el centinela solitario

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¿Qué significado tiene el nombre de un ave? No hay que tomar a la ligera esta pregunta pues si somos perspicaces, de hecho, ya tendremos pistas para conocer algún aspecto relacionado con la misma. El nombre de un animal te indica, si la elección ha sido la correcta, características relacionadas con su descripción física, su comportamiento, su hábitat , sus costumbres, etc… No tenemos que ir muy lejos para dar con buenos ejemplos que  denotan una estrecha relación entre el ave y su nombre.

En la península ibérica, en los días más fríos de invierno, hace presencia el avefría (Vanellus vanellus). Viajera invernal venida de latitudes más gélidas en la búsqueda de refugio por tierras castellanas. El nombre de avefría alude a un aspecto concreto de la biología de esta ave de bonito mechón plumífero.

Andarrios grade ( Tringa ochropus ) sumergido hasta las patas.

Más cotidiana, y frecuente en jardines urbanos, sería, como no, el verdecillo común ( Serinus serinus). El tamaño muy reducido del verdecillo se interpreta con el sufijo «illo». Sufijo integrado dentro del vocablo que da nombre a este simpático ser alado. Más discutible sería la presencia del color que sugiere su nombre pues el macho de verdecillo se viste, más bien, de tonos amarillentos.

La oropéndola (Oriolus oriolus) es un ave que reluce como el oro pero no es la única sorpresa que suscita su conocido nombre, ya que esta magnífica ave escurridiza de los bosques de ribera, emite un sonido algo así como «piro-liu» lo que ha contribuido a su nombre en latín Oriolus oriolus.

Andarrios grande ( Tringa ochropus) observando el fondo limoso.

Otro ejemplo, son los nombres vulgares relativos a una zona particular de la geografía peninsular. La carraca ha sido bautizada con un nombre bien definido por reproducir con exactitud el sonido de ese juguete infantil en desuso. En otras zonas el nombre de carraca pasa desapercibido y es sustituido por la palabra «azulejo» debido a la variedad de tonos azulados, tan espectaculares, que cubren su plumaje.

Fotografia donde se aprecia el color verde de sus patas.

Hoy les presento al andarrios grande (Tringa ochropus) un nombre muy bien elegido, pues si por algo destaca esta ave es por sus constantes e incansables recorridos de ida y vuelta por la orilla de los ríos españoles. No solo son lo ríos visitados por esta limícola perteneciente a la familia Scolopocidae sino lagunas, lagos, humedales e incluso balsas de riego forman parte del hábitat de este solitario centinela. Tan inquieta como sonora emite un sonido característico mientras no para de rebuscar en el limo y escarbar en las aguas someras su alimento. Disfruten pues, de esta limícola solitaria, pertinaz y elegante.

Bonita estampa para finalizar.

3 Comentarios

  1. Otra de las aves en las que el nombre hace honor al animal es el picozapato.

    Una de mis aves favoritas es una que en ocasiones podemos ver por el Barbanza y es el martín pescador. Ver como brillan bajo los rayos de sol sus plumas de azul metálico es todo un espectáculo. En esta ave es evidente de dónde viene lo de «pescador», pero lo de «martín» nunca supe porqué era.

  2. Hola Domingo, me he preguntado muchas veces a que venía esto de «martín», es más, cada vez que veo uno me viene a la cabeza. La respuesta que da este diccionario está argumentada y parece bastante lógica.

    Pues ya sé de dónde viene el nombre de esta extraordinaria ave. Gracias!!!

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