Un paseo por el cielo: Calblanque

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Sin duda estos son los post que más disfruto, algo tan lleno de simplicidad como un paseo por la naturaleza. De por sí, un paseo tonifica los músculos, acelera nuestro ritmo cardíaco y despierta por unas horas nuestros sentidos. Pero mucho tiene que ver en ello el lugar por donde transcurra la caminata, en este caso las colinas del parque natural de Calblanque. No voy a deshacerme en elogios porque ya lo hizo Xurxo en su post y no me gusta repetirme, tan solo un inciso. Calblanque es ese lugar mágico donde nuestros deseos se materializan en una y mil formas. Solo tenemos que abrir los ojos, caminar y soñar, como se hizo desde siglos y como lo hizo hace más de una centuria Henry David Thoreau.

Avefría, como bien describe su nombre ave típica de latitudes mas frías.

Desde el coche comenzó nuestra aventura, y digo nuestra porque un señor de Valladolid me acompañó durante la mañana, desde aquí mis agradecimientos a su persona y su sabiduría.

Nada más penetrar en la vía principal de acceso dos aves singulares. La primera venida del Norte en su huida del frío siberiano, su nombre avefría. El otro y jovial protagonista un cabeza gris, es decir un macho de cernícalo común.

Las aves son oportunistas y se habitúan al tránsito de vehículos, lo que es aprovechado por algún vivaracho fotógrafo para recoger unas instantáneas como las mostradas en este post.

Cernícalo común estirando sus alas color teja en contraste con su cenicienta cabeza.

Después de avistar dos pardillos comunes  y de disfrutar de la fragancia del tomillo, el sendero desaparece entre una tupida alfombra de vegetación. Dentro de unas semanas esta alfombra despertará con el renacer de la floración y todas las plantas se vestirán para llamar la atención. Pero hoy ya hay una  flor atrevida, y es la llamada Fagonia cretica con su porte a ras del suelo. Nuestras expectativas comienzan a cumplirse cuando una mariposa, de nombre Colias crocea, emprende un vuelo divagante, que no se decide hasta aterrizar en una vara de San José. Las varas de San José son pirófitas, es decir amigas del fuego. Un fuego metafórico desprendido de una flor perteneciente a la familia de las Asteraceae, su nombre es Calendula arvensis y su color es el más osado del momento.

Calendula arvensis, una asteraceae, la llamada familia de las Compuestas.

Momento de nuevo realzado por el vuelo frenético de una damisela alada, Papilio machaon, que ha decidido posar como una musa ante nosotros. Musa convertida en pequeña flor de cinco pétalos perteneciente a la familia de las Cistaceae y del Género Fumana, diminuta pero no tan pequeña como para mí la más bonita de todas.

Papilio machaon, individuo de la primera generación realizada a mediados de Febrero.

Haciendo compañía a la primeriza orquídea, Orchis collina, un vástago de fina complexión culmina en una obra perfecta, la llaman Nazareno. Nazareno por su color púrpura, ese color que tanto estimula mis sentidos y que me recuerda algo de esta vida o de otra sin vivir, lo cierto es que mi Nazareno es el final de este paseo dominical…

Nazareno o Muscari negleptum.



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