Humedal de Ajauque y Rambla Salada

El escarabajo tigre embiste con inusitada fuerza hasta alcanzar a su víctima en un alarde apoteósico. Como un resorte y en una fugaz aparición rebasa los mas de 250 km/h, sólo dura un instante pero es suficiente para cumplir su objetivo. Hoy aquí, en el Paisaje protegido de Rambla Salada, el rey no es el búho real, ni el halcón peregrino, ni tan siquiera el águila culebrera…..es un coleóptero de nombre Cicindela desirticoloides.

Escarabajo tigre (Cicindela desirticoloides), un endemismo entomológico único en el Paisaje protegido de Ajauque y Rambla Salada.

Entomológicamente el Humedal de Ajauque tiene una importancia comparable a sus valores ornitológicos  y eso, que en este campo sus más de 1.000 hectáreas acoge a unas cuantas especies… zampullín chico, zampullín cuellinegro, somormujo lavanco, flamenco (en Octubre de 2011 se censaron más de 40 ejemplares), andarríos grande, andarríos chico, archibebé común, agachadiza común, agachadiza chica, porrón común, porrón pardo, malvasía cabeciblanca (especie declarada en el Catálogo Nacional de Especies Protegidas con la figura de Peligro de Extinción), cerceta común, avoceta, pato colorado, pato cuchara, tarro blanco y ánade real, en lo que respecta a las aves limícolas y acuáticas, pues si la diversidad de especies es importante a la hora de valorar la importancia, no lo es menos el número de estas especies y así, el pato colorado, porrón común, tarro blanco, focha común y zampullines pueden llegar a la centena con facilidad.

Flamencos cazados con mi «rifle»: una Panasonic Lumix.

Respecto a las aves rapaces no es nada desdeñable la presencia de búho real, el conde de la noche, el halcon peregrino, el águila culebrera, azores y gavilanes con presencia invernal, jóvenes de águila real patrullando sus limosas orillas, hábitat predilecto del conejo, cernícalos, lechuzas, autillos y mochuelos.

Tarro blanco en plena búsqueda de pequeños crustaceos.

Ahora mismo el Paisaje protegido de Rambla Salada y Ajauque, se convierte en el único bastión húmedo de los alrededores de la capital murciana, situándose a pocos kilometros de la urbe. Éste es el principal motivo por el que merece ser protegido, preservándose todos sus valores naturales e intentando compatibilizarlos con la educación ambiental, destinada a los niños porque desgraciadamente muchos adultos  son ya un caso perdido.

Un día caluroso del mes de enero grabamos con celo y pasión a nuestros protagonistas, el tarro blanco de inmaculado color, el andarríos inquieto como ninguno, el flamenco de escultural presencia, y la focha común tan simpática como juguetona.

Vicente Gimeno de nuevo ha vuelto de hacer de las suyas, y ha logrado el milagro de engranar todas esos fotogramas en un video que debería de utilizarse como referencia y símbolo de protección de este paisaje protegido, sobre el que sobrevuela y pronto acechará la especulación de los de siempre. Esperamos que os guste y que descubráis al igual que los que estuvimos allí esa mañana de enero la belleza de este lugar y de sus habitantes.