Los Bloggers de Axena

Cetrería en parapente

Los abetos de Douglas como candiles labrados iluminan la gran capa de nieve, la vida por momentos desaparece y un gato montés camina sin hundirse gracias a sus almohadilladas patas. El cielo es testigo de una gran sombra que lo acecha hasta derribar sus más de ocho kilos de peso, recuperado del súbito impacto corta carne y plumas con sus uñas rectráctiles pero finalmente muere por la fuerza prensil de garras voladoras. La gresca también ha tenido consecuencias fatales para el cazador, y malherida  ya no curará nuestra águila real.

Esta es una historia verídica, el cuerpo de esa águila real se encuentra en el museo escoces disecada. Por tanto, deben de entender que al pronunciar su nombre de inmediato sugestione la mente de todos los presentes. La reina de los cielos, la única capaz de levantar pasiones con tan sólo contemplar su figura. Todos nos rendimos a su belleza pero sólo unos hombres han conseguido por medio de un arte noble y antiquísimo aúnar la fuerza indómita del ave con la áspera piel de un puño de cuero. Hombres y águilas desde siglos atrás han aprendido a convivir en un equilibrio casi perfecto a través de la cetrería.

Felix Rodríguez de la Fuente materializó mis palabras en su capítulo de la serie «El hombre y la Tierra». En él Félix primeramente captura una corneja negra con un pequeño gusano, luego la utiliza para engañar y apresar por medio de una red una gran hembra de águila real y como hicieran los kirguises tribus nómadas de Mongolia se ganaba la confianza de tan bella ave tras largas noches acompañándola en su soledad. Para ello le ponía una caperuza, el tiempo pasaba para todos menos para Félix y su compañera. Cuando hombre y ave  eran una única esencia comenzaba el aprendizaje y la captura de un raposo de cola larga y hocico mordiente… el zorro. No se cuántos zorros se capturaron en el capítulo, han pasado muchísimos años y sigo recordando como si de ayer se tratara todos los lances de caza donde siempre salía victoriosa. Así es la cetrería, una disciplina donde no existen  jerarquías y sí dedicación y mimo por parte de ambos, hombre y ave valen lo que son.

El amor que un cetrero siente por su rapaz es eterno y no se pierde nunca. Los tiempos han cambiado y actualmente existen variantes en la práctica de la misma, una de ellas y surgida en los últimos años es el vuelo del parapente con aves rapaces ….fascinante ¿no?. En este caso, con una de las especies más utilizadas en cetrería un Harris.

Pues ahí va un video mostrando tan peculiar documento…

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