La cueva del pozo I

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El general Marco Claudio Marcelo se encomienda a la imagen de su dios Apolo pero hoy su dios desoye sus plegarias. Se mantiene sereno y expectante, mientras  su flota sucumbe al rayo infernal, dirige su mirada a la almenara del castillo y observa estupefacto un hombre de barba cenicienta. Este  hombre es Arquímedes de Siracusa, lejos de su octava década sostiene con la mano derecha la superficie de una esfera. No sonríe a pesar de la victoria eminente, en cambio, se gira y penetra en la sala del castillo. Acaricia como un niño a su juguete…. la esfera de la vida. De una vida plena de trabajo y sacrificio, acaricia el sólido mas eficiente de la creación, acaricia al fin y al cabo una simple esfera. Una esfera como las que decoran sin cesar los endiosados pasillos  de la cueva del pozo.

Entrada del Cueva del Pozo en Jumilla ( Murcia)

Nos encontramos en la ciudad de Siracusa (actual isla de Sicilia) durante la segunda guerra púnica, el general Marco Claudio Marcelo dirige su flota con el objetivo de conquistarla, ante la imposibilidad de penetrar en la feroz defensa realizada por tan sólo un hombre fiel  a la causa cartaginesa, la sitia y tras dos años de enfrentamientos vencerá.

En una de las aguerridas defensas, cuentan como un inventor logró destruir toda una flota de bajeles con el uso de los espejos cóncavos. Espejos gran tamaño que lograban concentrar la luz solar y proyectarla sobre las velas de sus enemigos. El nombre de este magno hombre es Arquímedes, hace 2294 años conquistó el conocimiento, conquistó el área de una esfera y su volumen. Conquistó el paso del tiempo y hoy sigue presente en la mente de la humanidad.

Imagen inmediata a la entrada de la Cueva del Pozo, con el pozo que la nombra de fondo.

La esfera es la figura geométrica que para igual volumen presenta la superficie externa menor. Sin comentarios, la esfera es lo más representativo de la cueva del Pozo en Jumilla. Durante millones de años dentro de esa cueva han interactuado la fuerza corrosiva de un gas: el CO2 y la fuerza de resistencia del material. Siguen luchando hoy en día. Esta lucha atemporal produce la formación dentro de la cueva de cúpulas de corrosión blancas. El tipo de caliza dolomía es de este color. Las cúpulas no forman esferas perfectas porque siempre existen pequeñas fuerzas que intervienen alterando las condiciones idóneas para su formación y que serían ausencia total de factores externos permitiendo un equilibrio perfecto, pero desde luego un profano como yo no lo diría al penetrar por sus pasillos.

Cúpulas de corrosión afectadas por la acción de algún insensato.

Estratos de roca al descubierto tras la erosión del gas CO2.

Continuará…

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