Los Bloggers de Axena

Viendo la formación de un árbol de hielo bajo el microscopio

Todo el que haya trabajado en un laboratorio de biología molecular o disciplinas afines conocerá el hielo seco, aunque supongo que habrá muchos más campos en los que se utilice. El hielo seco es el estado sólido del dióxido de carbono, y debe su nombre a que a pesar de parecerse al hielo o la nieve de toda la vida, cuando se sublima no deja rastro de humedad. La sublimación es el paso de estado sólido a estado gaseoso sin pasar por el estado líquido. En el caso del hielo seco (también denominado nieve carbónica) dicha temperatura de sublimación es de -78ºC. Al tener un punto de sublimación tan bajo y no dejar rastro de humedad es utilizado como un excelente refrigerante.

Debido a sus características, en el laboratorio son varios los experimentos «lúdicos» que se pueden realizar con él. Simplemente metiéndolo en agua es un espectáculo ver la humareda que se produce. Hacía ya tiempo que había observado que si dejas el hielo seco a temperatura ambiente se acaba formando una «pelusilla» en la superficie a modo de escarcha, que no es otra cosa que la humedad ambiente que se congela en contacto con algo tan frío (Para que os hagáis una idea de lo frío que está, hay que manejarlo con extremo cuidado; ya que al contacto con la piel se pueden producir graves quemaduras). Visto esto, se me ocurrió que podía intentar observar la formación de esta escarcha bajo el microscopio y me puse manos a la obra. Lo que observé me dejó pasmado: como por arte de magia un árbol de cristales de hielo se iba formando poco a poco sobre la superficie de hielo seco.

No os voy a contar más, os dejo a continuación el vídeo para que veáis lo que yo observé. A mí me pareció espectacular. Me recordó el día que Xurxo, el Navarro y yo hicimos una nube en el laboratorio.

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