Si visitas Galicia y te sumerges en sus aguas tal vez te lleves una decepción. Quizás topes con un mar turbio y frío que no muestra toda la riqueza de la gastronomía que nos caracteriza. Sin embargo estas condiciones son consecuencia de un fenómeno particular que permite el enriquecimiento de nuestras aguas convirtiendo a Galicia en una de las costas más productivas del planeta: el afloramiento.
El afloramiento es un fenómeno oceanográfico que permite la emergencia de agua densa, fría y normalmente rica en nutrientes procedente de las profundidades, reemplazando el agua templada, menos densa y pobre en nutrientes que se encuentra en superficie. Una consecuencia directa del afloramiento es el aumento de la producción primaria. La producción primaria oceánica se refiere al incremento de biomasa de microalgas como consecuencia de un aumento de nutrientes. Estas microalgas representan la base de la cadena trófica a partir de las que se alimentan peces, crustáceos y moluscos, y es por ello que los afloramientos benefician directamente a las pesquerías. Aproximadamente el 25% de las capturas de peces marinos se realizan en las cinco zonas de afloramientos más importantes del planeta, las cuales abarcan el 5% del área oceánica total.
Principales zonas de afloramiento del planeta, fuente: Wikipedia
Exiten varios tipos de afloramientos, pero por su importancia destaca el afloramiento de tipo costero. Este afloramiento está provocado principalmente por corrientes oceánicas. A su vez, las corrientes oceánicas están influenciadas por la dinámica de los vientos que soplan en una dirección en el hemisferio norte, y en otra en el sur. Así, mientras en el hemisferio norte los vientos tienden a girar hacia la derecha, en el sur lo hacen hacia la izquierda. Ello provoca que la corrientes de aguas superficiales se desvíen hacia la derecha en el hemisferio norte, mientras lo hacen hacia la izquierda en el sur. Este fenómeno se conoce con el nombre de efecto Coriolis. El resultado de la influencia de los vientos superficiales es un movimiento neto de agua en superficie, lo que provoca su sustitución por agua más profunda. Este agua profunda suele proceder de latitudes altas y ser rica en nutrientes, principalmente nitrógeno y fósforo resultado de la descomposición de la materia orgánica. Cuando estas aguas llegan a superficie permiten la proliferación de muchas microalgas que, en conjunto, forman parte del fitoplancton. El fitoplancton no utiliza sólo los nutrientes que ascienden desde profundidad sino que emplea también el CO2 disuelto procedente de la atmósfera y la radiación solar para sintetizar compuestos orgánicos mediante el proceso de fotosíntesis. En el océano se encuentran los verdaderos sumideros de CO2, fijando mucho más carbono que los bosques continentales.
Dinámica del fenómeno de afloramiento costero, fuente: The COMET Program
En todo el mundo destacan cinco corrientes costeras asociadas a zonas de afloramiento: la corriente de Canarias (afloramiento del noroeste de África), la corriente de Benguela (afloramiento sudafricano), corriente de California (afloramiento de California y Oregón), la corriente de Humboldt (afloramiento de Perú y Chile) y la corriente somalí (afloramiento del oeste de la India). Todas estas costas tienen asociadas importantes pesquerías. Como hemos comentado, los afloramientos condicionan la producción mundial pesquera de una manera muy directa. No obstante, su intensidad no es constante y depende de factores como la velocidad de los vientos, estructura vertical de la columna de agua, variaciones de la batimetría e inestabilidad de las corrientes. En algunas zonas el afloramiento se produce de manera periódica asociado a blooms primaverales. En las latitudes templadas el contraste de temperatura es dependiente de las estaciones, produciéndose periodos de afloramiento más intensos en primavera y verano que en otoño e invierno. Afloramientos como los que se producen en Perú ocurren a lo largo de todo el año con una intensidad parecida, siendo una de las zonas del planeta más productivas en la pesquería de sardina y anchoveta. Algunos años, los vientos Alisios, que soplan de manera más o menos constante desde las zonas subtropicales de altas presiones a las tropicales de bajas presiones, se debilitan o rotan influyendo sobre las corrientes que provocan los afloramientos. Así, las aguas que emergen son más templadas y menos ricas en nutrientes, ocasionando un descenso de la biomasa y la producción de fitoplanton. Este fenómeno se conoce como el El Niño-Southern Oscillation (ENSO).
El Niño/La Niña-Southern Oscillation (ENSO) es un periodo climático que ocurre periódicamente (aproximadamente cada cinco años) a lo largo del océano Pacífico, pudiendo prolongarse desde nueve meses hasta dos años. Se caracteriza por variaciones de la temperatura de las aguas superficiales del este del océano Pacífico (el calentamiento o enfriamiento es conocido como El Niño o La Niña respectivamente), variaciones de la presión atmosférica en el oeste del Pacífico (Southern Oscillation) y cambio de los vientos, principalmente los Alisios. El nombre de El Niño hace referencia al periodo en el cual aparece, frecuentemente en Navidad. El periodo más negativo es El Niño, cuando se produce un calentamiento de la superficie oceánica a lo largo de todo el océano Pacífico. Esto perjudica mucho a los afloramientos de zonas como Perú, ya que las altas presiones, aumento de temperatura y disminución de la fuerza de los Alisios afecta a las corrientes que provocan la emergencia de aguas profundas, disminuyendo los afloramientos que enriquecen sus costas. La Niña. por el contrario, representa un periodo en el que los vientos Alisios soplan con mayor intensidad incrementando la producción de las zonas costeras.